La familia Díaz casó a Lola con él, y él no supo cuidarla. ¡Es su culpa!
"Está arriba, ahora durmiendo. La señorita Carol y sus hijos están ayudando a cuidarla. Yo... lo siento mucho por Lola, lo siento por ustedes..."
Los tres hermanos de Lola fruncieron el ceño, "Lo de nuestra casa lo resolveremos a puertas cerradas más tarde".
Al terminar de hablar, giraron la cabeza hacia los Gil, con una mirada que se tornó especialmente aguda.
¡Arriba, varios estaban emocionados! Ledo apretó los puños, emocionado, "¡Ese es nuestro tío abuelo!"
Luca saltaba de alegría, "¡Nuestro tío abuelo es tan poderoso, vino a vengar a nuestra abuela!"
Laín brillaba con emoción, ¡La familia Díaz había llegado!
Carol estaba tan emocionada que se le llenaron los ojos de lágrimas. ¡Ellos eran sus tíos, su familia!
Algunos estaban felices, otros preocupados. Desde el momento en que los Gil vieron a la familia Díaz, se les oscureció el rostro.
Los tres hermanos de Lola eran trillizos: Alfredo, Benito, Camilo.
Después, la mamá de Lola quedó embarazada de nuevo, y toda la familia esperaba tener una niña. Y, de hecho, nació Lola.
Con tres varones y una niña, la familia Díaz estaba naturalmente encantada, y Lola se convirtió en la consentida de la familia.
Tanto el papá como la mamá de Lola, incluidos sus tres hermanos, la adoraban.
Resulta que un año, Patricio, al no poder conquistar a Lola, recurrió a tácticas deshonrosas y casi la mancilla.
Los padres de Lola declararon públicamente que cortarían todo contacto con los Gil, ¡para siempre!
Los tres hermanos de Lola, furiosos, irrumpieron en la casa de los Gil y golpearon a Patricio delante de ellos, dejándolo sin poder levantarse de la cama durante un mes.
Y eso no fue todo; también destrozaron la puerta de su mansión familiar.
Si no hubiera sido por la falta de pruebas en ese momento, ¡seguramente habrían enviado a Patricio a la cárcel!

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