"Los accionistas de la Agencia Marítima Ortega también fueron golpeados colectivamente, todos terminaron en el hospital.
Perla y Octavio fueron forzados a beber agua con chile y también comieron mostaza, experimentando el dolor agudo como si les atravesaran con agujas.
Cuando los encontraron, no solo sus dedos de las manos estaban perforados por agujas largas, sino también los dedos de los pies, una vista muy trágica."
Joaquín se sorprendió, "¿De verdad? ¿Quién lo hizo?"
"Es verdad, pero no sabemos quién fue."
Él sabía que no había sido el pequeño Ledo.
Joaquín rápidamente sacó su teléfono para ver las noticias, aunque todo el mundo lo sospechaba, no le importaba, cuanto más veía, más emocionado se sentía,
"¡Qué bien, qué bien! ¿Estás seguro de que no fue usted, Sr. Bello?"
"No fui yo."
Joaquín entonces miró a los hermanos de Lola, "¿Fue la familia Díaz?"
Los hermanos de Lola negaron con la cabeza, "Tampoco fuimos nosotros, pero estamos agradecidos!"
¡Eso sí que fue un desahogo!
Joaquín, sorprendido pero emocionado,
"Si no fueron ustedes, ni yo, ¿entonces quién podría ser? ¡Ya sé, seguro fue un justiciero anónimo, que detesta sus fechorías y por eso les dio su merecido!"
El hombre con cicatrices en la cara diría: ¡Escucha, yo soy el representante de la justicia!
Ledo: ¡Qué justiciero ni qué nada! ¡Esto es obra de un loco! ¿Quién más obligaría a alguien a convertirse en su discípulo como venganza, eh?
Hasta que llegó la hora de cenar, Ledo volvió.
El pequeño llegó todo cubierto de tierra, abatido, ¡como una berenjena después de la helada!
Laín fue el primero en notarlo, le preguntó en voz baja, "Papá dijo que te obligaron a convertirte en discípulo, ¿qué pasó?"
Ledo frunció el ceño, mostrándose extremadamente afligido,
"Hermano, estoy sufriendo mucho, ugh..."
Después de escuchar a su hermano, Laín entrecerró los ojos, este hombre está realmente loco, ¿quién más robaría a un discípulo como venganza?
¿No debería haber matado al discípulo en lugar de eso?!
¡Nunca había escuchado algo así!

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