¿Qué era eso de quedar bien?
¿Hay diferencia entre quedar bien y seducir?
¿Qué pretende ahora esta mujer?
Aspen regresó a casa lleno de dudas, abrió la caja térmica y el delicioso aroma le envolvió.
Ella había preparado dos platos de guarniciones, un pan de huevo y seis empanaditas, además de un tazón de sopa de arroz con múltiples granos.
Las guarniciones tenían un color verde vibrante, el pan de huevo dorado, las empanaditas suaves y doraditas, la sopa de arroz con granos sueltos y tiernos...
Solo de verlo se te hacía agua la boca.
Aspen dudó un momento, pero al final probó uno por uno, como si estuviera probando veneno.
No encontró rastro de veneno, pero su estómago se había dejado llevar.
Sin darse cuenta, se comió más de la mitad.
Si no se hubiera detenido a tiempo, probablemente habría devorado también la porción de Miro.
Mirando la hora, aún no eran las seis, Aspen volvió a guardar el desayuno que sobraba en la caja térmica y regresó a su habitación.
Dormir más estaba fuera de la cuestión.
Se recostó en la cama, cruzó las manos detrás de la cabeza y se quedó mirando el techo, perdido en sus pensamientos.
Todo lo que tenía en la mente era Carol.
No sabía qué estaba tratando de hacer, pero no podía evitar pensar de más.
A las seis y media en punto, Miro se levantó como siempre y fue a asearse.
Aspen ya había colocado el desayuno restante en la mesa, esperando a que Miro terminara para invitarlo a comer.
Miro miró la comida sobre la mesa y luego lo miró a él con una expresión interrogante, "¿?"
Antes, el desayuno de Miro siempre consistía en ingredientes exóticos y variados, en comparación, el de hoy parecía bastante modesto.
Especialmente esos granos con arroz, algo que nunca había estado en la mesa de Miro.
Incluso si el chef de la casa le hubiera preparado esa comida, se la habrían presentado como una obra de arte, sin forma reconocible de los granos.
No como ahora, que cualquiera que no fuera ciego sabría que era un plato de granos.
Aspen sabía lo que Miro estaba pensando y explicó: "Lo hice yo".
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