¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 173

A otros los halagan y se alegran, pero cuando a él lo halagaban, era como si lo estuvieran molestando.

¡Además ponía una cara de pocos amigos!

La señora de la limpieza ni se atrevía a barrer a su alrededor, en cambio se llevó su escoba a otro lado.

La gente que lo miraba también empezó a bajar la cabeza y a desviar la mirada.

Aspen entró al supermercado con el ceño fruncido.

Habían pasado años desde que no pisaba un supermercado, y al ver el bullicio no pudo evitar fruncir el ceño.

Él prefería la tranquilidad, no el ruido.

Pero para seguirle la pista a Carol, tuvo que aguantar ese ambiente.

Empezó a imitar a Carol empujando un carrito de compras. Lo que Carol compraba, él también.

Si Carol agarraba plátanos y guanábanas en la sección de frutas, él también. Aunque el olor de la guanábana le revolvía el estómago.

Pero de todos modos, se aguantó y metió una grande en el carrito.

Cuando Carol fue a la sección de verduras, él la siguió. Cuando ella escogió repollo, él también. Cuando compró brócoli, él igual.

Y así, fue tras ella a la sección de especias...

Después de un rato, Carol empezó a sentir que algo raro pasaba, como si la estuvieran vigilando.

Pero cada vez que miraba atrás, no veía a nadie sospechoso.

Más bien, parecía que todo el mundo en el supermercado la observaba a ella.

Llegó a pensar si no tendría algo raro pegado en su ropa.

Pero la verdad es que todos estaban mirando a Aspen.

Él era tan guapo y tenía una presencia tan imponente, que era difícil no fijarse.

Y él actuaba bien raro, siguiendo a Carol, comprando lo mismo que ella.

Era la primera vez que veían a alguien hacer las compras así, era bien inusual.

Se volteó, pero no vio a nadie.

"No me sigue nadie, ¿no se habrá confundido?"

"No, todo el mundo lo ha visto, ha estado siguiéndola y comprando lo mismo que usted. Ahora se escondió detrás de un estante, parece que quiere disculparse pero le da pena."

Carol frunció el ceño y se despidió de la señora, empujando su carrito hacia el otro extremo de los estantes.

Aspen salió de su escondite.

Sin ver a Carol, también frunció el ceño.

Se paró donde ella había estado, sin mirar qué era, agarró varios paquetes y los metió al carrito.

La señora que había hablado antes no pudo resistirse a decirle,

"Joven, ¿es para su esposa, verdad? ¿Está intentando hacer las paces? Se nota que es un buen hombre, déjeme ayudarle.

No compre esa marca, mejor lleve esta. Es la mejor que tenemos aquí en el supermercado, puede ser un poco más cara, pero es de calidad. Su esposa es tan linda, merece lo mejor."