¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 262

"No sé qué le pasa a Miro hoy," dijo Abel, confundido.

"Me mira raro, y su tono de voz también es extraño."

"¿Ah sí?"

"..."

Parecía que “Miro” guardaba rencor contra él, hablaba con ironía y había un dejo de desafío en su mirada.

Ese resentimiento no existía antes; había surgido esa misma noche.

Aunque Miro siempre ha sido distante y de pocas palabras, ¡yo sé que él me quiere, me respeta y me admira! Siempre lo he sentido.

Pero esta noche...

Miro me contradice en todo, incluso me faltó el respeto y me miró con desdén.

Algo raro pasa cuando las cosas cambian de repente.

Aspen no podía ni imaginar que quien hablaba con él no era Miro. Pensaba que el cambio repentino de Miro tenía algo que ver con ese hombre misterioso.

¿Le habría dicho algo para ponerlo en su contra?

No, tenía que encontrarlo y aclarar las cosas.

"¡Amplíen el radio de búsqueda! No puede haber aparecido en el barrio de la nada, tiene que haber pistas. ¡Y revisen ese gato muerto otra vez!"

"¡Entendido!"

Dentro de la habitación de Miro.

Laín tomaba la mano de Carol y la consolaba,

"Mamá, no tienes que tenerle miedo, yo estoy aquí. La próxima vez que te mire feo, le devuelves la mirada. Si se pone bravo, te pones brava tú también. Si te insulta, pues le respondes igual."

Carol preguntó con cautela,

"¿No te cae bien él?"

Ella había notado el tono hostil de Laín al hablar con él.

Su Laín siempre había sido amable y educado, incluso con los desconocidos, pero con Aspen, había sido bastante directo.

Se supone que era la primera vez que se veían y Laín no lo conocía, no debería tener esa actitud hacia él.

"No me cae muy bien, no."

"¿y eso por qué?"

"Porque miró mal a mi mamá, ¡claro que no me va a caer bien! Además, no es un buen papá y tampoco un buen esposo, así que en resumen, no es un buen hombre."

¡Su mamá es su consentida!

"Entiendo, todos tenemos una nariz y dos ojos, es normal parecerse."

Carol soltó un suspiro de alivio, "Exactamente."

Ay, mamá tonta.

Laín suspiró en su mente, luego sonrió y dijo,

"Ya casi amanece, es hora de irnos, mamá. Ve a arreglarte y ten confianza en mí, ¿vale? ¡Hoy no me descubrirán, soy muy bueno en esto!"

"¡Claro!" Después de dos encuentros exitosos con Aspen, Carol estaba más tranquila y no tan nerviosa como antes.

Sonrió y apretó cariñosamente la mejilla de Laín,

"¡Nuestro Laín es el mejor! Voy a preparar algo para comer. Miro siempre se levanta a las seis y media para arreglarse, pero hoy las cosas son diferentes, espera a que yo te llame."

"Vale."

Laín asintió obedientemente, pero en cuanto Carol salió de la habitación, ¡su expresión cambió por completo!

Se apresuró a la ventana para mirar afuera.