¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 275

Carol se quedó atónita, visiblemente molesta, "¡Yo no he hecho nada malo!"

"Si no has hecho nada malo, ¿por qué te pones nerviosa?"

"¡No estoy nerviosa!"

Aspen frunció el ceño, sin prestarle más atención, y se dirigió hacia dentro de la casa.

Al ver a Miro con los ojos cerrados, como si hubiera dormido durante mucho tiempo, preguntó, "¿Qué le pasa a Miro?"

"¿Qué, qué le va a pasar?!"

"Cuando volvimos aún estaba muy despierto, ¿cómo es que de repente se durmió?"

"…Se cansó de estar fuera tanto tiempo."

Aspen le acarició la cara a su hijo, viendo que respiraba tranquilamente, no lo pensó más y le dijo a Carol,

"Ven conmigo, tengo que preguntarte algo."

Se dio la vuelta para salir, y Carol, viendo su espalda, respiraba agitadamente, golpeándose el pecho.

¡Laín todavía estaba escondido debajo de la cama, si lo descubría, estarían en problemas!

Pero en el siguiente segundo…

Aspen de repente se detuvo y se volvió, como si hubiera notado algo.

Justo al ver a Carol golpeándose el pecho, se convenció aún más de que algo ocultaba.

"¿De qué estás tan nerviosa?!"

Carol se estremeció, "Yo… no estoy nerviosa."

Aspen la miró fijamente, "¿Has estado haciendo algo a mis espaldas?!"

"¡No, para nada!" Aunque decía que no, su expresión claramente la delataba.

Aspen, decidido a no irse, regresó hacia ella.

Carol realmente era mala mintiendo, al verlo regresar se asustó tanto que instintivamente bloqueó el paso a la cama.

¡Era el colmo del descaro! ¡Había gato encerrado!

Aspen frunció el ceño y echó un vistazo debajo de la cama,

"¿Hay algo debajo de la cama?"

El corazón de Carol de repente se le subió a la garganta, negándose a admitirlo,

"¡No! ¡No hay nada!"

¡Claro que había algo!

Aspen, despectivamente, apretó los labios, "Muévete."

"¿Qué están haciendo?" Miro de repente se despertó, frunciendo el ceño al mirarlos.

La atención de ambos se desvió hacia él.

Carol se giró, "Miro, ya despertaste, ¿cómo te sientes?"

Pero Miro, frunciendo el ceño, le preguntó, "Solo me tomé una siesta, ¿por qué te pones nerviosa?"

Carol se quedó sorprendida, "Yo, no estoy nerviosa."

Miro la miró dudoso, "Estoy bien."

Luego volvió su mirada hacia Aspen, con una mirada interrogante: ¿qué le has hecho para asustarla así?

Aspen, con sarcasmo, "Mejor pregúntale a ella, qué estaba haciendo a escondidas en tu habitación."

Al oír eso, Carol frunció el ceño y le lanzó una mirada a Aspen, balbuceando una explicación,

"Yo… estaba solucionando algunos asuntos personales en la habitación, pero no quería que él lo supiera, ni quiero decirlo, y él seguía preguntando."

Aspen: "…"

Miro: "…"

El cuarto se quedó en silencio por un momento, hasta que Miro, con mucha indiferencia, dijo, "Si no quieres decirlo, no lo digas, todos pueden tener secretos."