¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 289

Aspen abrazaba a su hijo, lleno de pánico y desesperación. No tenía ni idea de lo que pasaba, no comprendía por qué su hijo estaba tan alterado. Pero sabía que no podía perder tiempo, así que rápidamente le puso una chaqueta acolchada a Miro, lo abrazó fuerte y, tomando las llaves del carro, salió de la casa.

Lo único que quería era llegar donde Carol, calmar a su hijo y consentirlo hasta que se sintiera mejor. Tanta era su ansiedad, que hasta se le olvidó ponerse el abrigo. En pleno invierno, allí estaba él, en la fría brisa, vestido solo con una camisa, y aún así, ¡estaba sudando!

Miro era su corazón, su vida entera.

Era la primera vez que Aspen se enfrentaba a la paternidad y, aunque no sabía bien cómo ser un buen padre, no dejaba de esforzarse. Cuando el viento frío soplaba, se aseguraba de que el gorro de la chaqueta de Miro estuviera bien puesto para que no se enfriara. Caminó rápidamente hasta el carro, abrió la puerta trasera, acomodó al pequeño y le ajustó el cinturón de seguridad.

Miro sollozaba, con los ojitos rojos y la carita, siempre limpia, ahora manchada con lágrimas y mocos. Miro solía ser tan pulcro que el hecho de que no se limpiara mostraba cuán agitado estaba.

Aspen no podía con el dolor que sentía al verlo así. Con ternura, le pasó un pañuelo para limpiarle las lágrimas y la nariz.

"No llores más, papito ya te lleva donde Carol", le dijo suavemente.

El pequeño asintió entre sollozos.

Aspen, con el corazón encogido, acarició la mejilla de su hijo, cerró la puerta del carro y arrancó rápidamente, dejando atrás el vecindario.

...

"¡Achís!"

Carol acababa de llegar a casa y estornudó de repente.

Tania se preocupó al instante, "¿Qué pasa? ¿Te resfriaste?"

Carol se frotó la nariz, "No, estoy bien. ¿Dónde están los trillizos?"

"Durmieron en su cuarto."

"Voy a verlos." Carol empujó suavemente la puerta del cuarto de los 'tres pequeñitos' y entró de puntillas.

Laín y Ledo acababan de llegar a casa y estaban fingiendo estar dormidos.

"No te preocupes, mamá. En unos días, cuando se dé cuenta de que Miro está bien, ya no pensará más en eso. Al menos cree que es un desdoble de personalidad y no sospecha que alguien se hizo pasar por él."

Carol se sintió aliviada, "Tienes razón."

Si él realmente sospechara que alguien había suplantado a Miro, ¡ella estaría muerta de miedo!

Laín continuó, "De cualquier manera, después de hoy, aquellos que querían lastimar a Miro deben creer que ya está completamente recuperado. Nadie nos molestará más, entonces, ¿nuestro plan fue un éxito, no es así?"

Con una persuasión suave, Laín logró que Carol dejara de preocuparse. Fue un susto, pero sin peligro.

En general, el plan fue un éxito.

Carol, llena de cariño, acarició la nuca de Laín.

"Laín, eres lo más tierno para mamá, mi abriguito de amor."