¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 328

Aspen frunció el ceño. "¿Qué pasa?"

"¡La Señorita Carol se desmayó!"

El rostro de Aspen se ensombreció. "¿Por qué?"

"No sé, se desplomó de repente, estaba bastante alterada antes de caer, aun no entiendo qué fue lo que pasó."

"… Primero contacta a Nathan para llevarla al hospital, ¡yo voy para allá ahora mismo!"

Antes de salir, Aspen se detuvo frente a la puerta de la habitación de Miro y le encargó,

"Miro, papi tiene que salir un momento, tú juega con los hijos de Carol. Si te da sueño, pueden dormir juntos."

"Está bien."

Los pequeñines no sabían lo del desmayo de Carol y pensaban que Aspen salía a buscarla para pedirle disculpas, así que no se preocuparon mucho.

Creían que si Aspen les había prometido solemnemente que trataría bien a su madre, seguramente sabría cómo hacer las paces con ella.

Aspen también lo creía así.

Sin embargo...

Lo que ninguno de ellos imaginó es que, cuando Carol despertó en el hospital y vio a Aspen, no le dio oportunidad de disculparse y, ¡le soltó una bofetada!

Aspen quedó atónito.

Abel y Nathan casi se les salen los ojos de la sorpresa.

Normalmente no se debe golpear el rostro, porque representa la dignidad, no es lo mismo que pegar en otro lugar.

Un rostro común no se debe golpear, ¡y mucho menos el de Aspen!

Abel había seguido a Aspen por más de veinte años y, aparte de Carol, no había visto a nadie más tocarle la cara a Aspen.

Nathan tampoco había visto a nadie golpear a Aspen, ¡ni siquiera se le había pasado por la mente!

Ambos temblaban, temiendo verse afectados por la situación, y sin atreverse a respirar, salieron rápidamente del cuarto, dejando solo a Aspen y a Carol.

La atmósfera en la habitación era tensa...

Antes de que Aspen pudiera enfadarse, Carol ya estaba llorando desconsoladamente, ¡con un dolor y una tristeza infinitos!

Aspen la miraba fijamente, con los labios apretados y furioso.

Era la tercera vez que Carol le pegaba en la cara.

¡Cada golpe le dolía más que el anterior!

Aspen estaba aún más sorprendido. ¿Desnudarse por completo?

Su mente se llenó de pensamientos prohibidos y su garganta se tensó, "¡Carol! ¿Qué demonios estás intentando hacer?"

"¡Quítate la ropa!"

"¿Para qué quieres que me quite la ropa?"

Carol no le explicaba nada y comenzó a patalear y a gritarle, "¡Apúrate y quítatela!"

"Primero explícame, ¿para qué quieres que me quite la ropa?"

Carol no dijo nada más y se abalanzó sobre su brazo para morderlo.

¡Lo mordió con todas sus fuerzas!

Aspen gruñó de dolor y la apartó, "¿Estás loca?"

Carol parecía realmente que había enloquecido, y tan pronto como se soltó, volvió a lanzarse sobre Aspen para desvestirlo.

Aspen estaba totalmente confundido. Aún quería controlarla, pero su mente de repente se apagó.

Antes de que pudiera reaccionar, su cuerpo ya se estaba estrellando contra Carol.