¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 330

Abel respondió confundido, "Está en la habitación de al lado."

Aspen, en un instante, arrancó la aguja de su brazo y se levantó de la cama para salir.

Abel pensó que Carol lo había asustado de verdad y que Aspen iba a buscarla para desquitarse, así que le siguió rápidamente y le dijo,

"Aspen, creo que la Srta. Carol se asustó mucho esta noche, no la asustes más, ¡se desmayó dos veces! Si le pasa algo malo, Miro seguro se va a enfadar contigo. Somos hombres, no deberíamos tomarlo tan a pecho con una mujer."

Aspen lo ignoró por completo y en pocos pasos llegó a la habitación contigua.

Pero Carol no estaba allí.

Aspen frunció el ceño, sintiendo la misma ansiedad de hace seis años atrás cuando no la encontró en el aeropuerto, ¡pura desesperación!

"¿Dónde está Carol?!"

Nathan aún estaba en la habitación y explicó,

"Se acaba de ir, dijo que ya era tarde y que tenía que recoger a sus hijos."

Al oír eso, Aspen giró sobre sus talones y salió disparado tras Carol.

Pero justo cuando llegaba a la puerta, algo se le ocurrió y se volvió hacia Nathan preguntando,

"¿Fuiste tú personalmente quien hizo la prueba de paternidad la última vez?"

"¿Eh? Sí, fui yo. No dejé que ni mi asistente se involucrara, ¿por qué?"

Aspen frunció aún más el ceño, sin decir una palabra, y con largas zancadas salió de la habitación.

Una vez fuera del hospital, se puso a correr como si temiera no alcanzar a Carol.

¡Hacía tiempo que Abel no veía a Aspen tan desesperado por alguien que no fuera Miro!

No tenía idea de qué quería Aspen con Carol, pero no tuvo más remedio que seguirlo.

Fue en la entrada del hospital donde Aspen interceptó a Carol.

Ella acababa de conseguir un taxi, apenas había abierto la puerta y estaba a punto de subirse cuando una mano grande apareció de repente, sujetando la puerta.

¡Bang!

¡La puerta se cerró con un golpe!

Carol se sorprendió, su corazón casi le saltaba del pecho.

Se había ido del hospital apresuradamente porque había confirmado que Ape Bello era el mismo hombre salvaje de hace seis años. Quería huir, llevarse a Laín, Ledo y Luca lejos de su casa, ¡lejos de él!

Abel llegó corriendo y rompió el silencio, "¡Señor Bello!, Srta. Carol."

Aspen reprimió sus emociones y agarró la muñeca de Carol para llevarla a un lugar más apartado.

Carol, emocionalmente agitada, se resistió con todas sus fuerzas,

"¡Suéltame! ¿Qué estás haciendo?"

Aspen no dijo nada, pero su agarre era fuerte.

Abel quiso intervenir, pero una mirada de Aspen lo petrificó en el acto.

Los demás guardaespaldas también se quedaron atrás, sin atreverse a seguir.

Cuando Aspen se irritaba, de verdad podía ser aterrador.

Arrastró a Carol hasta un pequeño parque dentro del hospital, donde había un kiosco tranquilo y vacío en la noche.

Tan pronto como Carol se sintió libre, retrocedió varios pasos rápidamente.

Vestida con su abrigo blanco, se paró a unos metros de Aspen, con los ojos rojos y una mirada desafiante,

"¿Qué quieres hacer?"