Cuando Aspen llegó al Bar Ebrios Contentos, Orion estaba en el reservado haciéndose el cariñoso con su nueva novia.
Ella se le pegaba todo lo que podía, jugueteando con él.
Al ver a Aspen entrar, Orion le pidió a su novia que lo llamara, "Saluda a Aspen."
Todo el mundo cercano a Orion sabía que él y Aspen eran como hermanos, incluso más unidos que muchos hermanos de sangre.
Ver a Aspen era mucho más difícil que ver a Orion, y con la 'fama' que tenía Aspen de malgeniado, la novia de Orion estaba emocionada, nerviosa y hasta un poco asustada al verlo,
"Hola, S-Sr. Aspen..."
Aspen ni siquiera le echó un vistazo, caminó directo a sentarse en el sofá frente a Orion, encendió un cigarrillo, cruzó las piernas y se recostó a fumar.
La novia, algo desairada, se sintió un tanto herida, y con los ojos rojos miró a Orion,
"Orion..."
Orion le pellizcó la cara a su novia y le sacó una tarjeta de crédito, la consoló,
"No le prestes atención, no es nada personal contra ti, siempre es así, con esa cara de que todo el mundo le debe algo. Toma la tarjeta y vete de compras, tengo que hablar de negocios, más tarde te acompaño."
La novia, al ver la tarjeta de crédito, se alegró al instante, le dio un beso a Orion y se levantó para irse.
Antes de salir, le hizo una reverencia tímida a Aspen.
Aspen, de principio a fin, ni siquiera le dio una mirada, ni por el rabillo del ojo.
Quedaron solo los dos en el reservado. Orion también encendió un cigarrillo.
"¿Tan difícil es ser un poco amable? Al fin y al cabo es mi novia."
Aspen respondió fríamente, "¿Por qué debería ser amable con tu novia?"
"¡Soy tu hermano de corazón!"
"Pero no es mi mujer."
Dando a entender que solo sería amable con su propia mujer.
Orion cerró los labios apretadamente, "Ya te veo venir, seguro que serás de los que la esposa manda en casa."

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