¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 481

"Ya te descubrieron."

Aspen le reenvió el mensaje a Gael.

Gael echó un vistazo, frunció el ceño, y miró fríamente hacia Tania que estaba adelante.

Justo la vio guardando su celular en el bolsillo.

En Puerto Rafe el invierno ya es frío, y por las noches aún más.

Tania, envuelta en un grueso abrigo largo de color beige, estaba esperando el semáforo en rojo en la acera, después de guardar su celular, se frotaba las manos y soplaba en ellas, riéndose entre dientes por el frío.

Mientras saltaba para calentarse, las dos orejas de conejo en su gorro se balanceaban de un lado a otro.

A primera vista, parecía una chica adorable.

¡Difícil de conectarla con alguien misterioso!

Pero definitivamente era sospechosa.

Era difícil decir si el mensaje era de ella o no, ya que se había enviado desde un número virtual. Gael dijo,

"Voy a probarla, te contacto más tarde."

Aspen le recordó nuevamente, "¡Tu seguridad es lo primero, atraparla es lo segundo! Cualquier cosa me avisas."

"Entendido."

Tras colgar, Gael guardó su celular y bajando la visera de su gorra, se dirigió hacia Tania.

Tania sintió algo y se giró hacia Gael.

Desde la distancia, no podía ver claramente su rostro, pero aun así lo miró con interés un par de veces más.

Justo cuando un carro se acercaba, Gael, con un destello frío en sus ojos, rápidamente se posicionó detrás de Tania y la empujó con fuerza.

"¡Ah!" Tania gritó, cayendo sobre la carretera.

La gente alrededor gritaba: "¡Levántate rápido, viene un carro!"

Un transeúnte con reflejos rápidos le gritaba a Tania, quien parecía petrificada de miedo, sentada en medio de la carretera, mirando fijamente el carro que se acercaba a toda velocidad, sin poder moverse.

El pánico se apoderó de todos, y en un momento, los gritos, bocinas y frenazos se mezclaron en un estruendo que no lograba despertar a Tania.

Estaba paralizada por el miedo, incapaz de reaccionar.

Gael, vestido con traje deportivo negro y gorra, se quedó de pie con las manos en los bolsillos, observando fijamente a Tania.

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