Aspen fruncía el ceño, sumido en sus pensamientos. ¿Será que Laín lo buscó para hablar de eso? ¿Entonces por qué Carol estaba tan nerviosa?
¡Carol ni siquiera sabía que él estaba comprando una casa!
"¿Qué relación tienes con Carol?"
Rick le devolvió la pregunta, "¿Qué crees tú que somos?"
Se miraron fijamente por unos segundos, hasta que Rick rompió el silencio,
"Nuestra relación es la de una madre de un alumno y su maestro, pero me gusta ella."
La expresión de Aspen cambió en un instante, sus ojos se oscurecieron, lanzando una mirada asesina hacia Rick, fría como el hielo.
Rick mantuvo su calma,
"Por eso lo siento, pero no puedo venderte esta casa. La compré por ella, quiero conquistarla."
Aspen apretaba los labios, su rostro se volvió tan sombrío que daba miedo, su voz era helada,
"¡Más te vale mantenerte lejos de ella!"
"¿Ah sí? ¿Y por qué?"
"¡Porque no eres digno de gustarle!"
"Sí lo soy, estoy soltero, tenemos una edad similar, soy una buena persona, tengo un trabajo estable, sé hacer dinero y también sé hacer las labores del hogar. Y lo más importante, no solo me gusta ella, también adoro a Laín, Ledo y Luca. Quiero conquistarla de verdad, darle a ella y a los niños un hogar."
Aspen, frustrado, ajustó su corbata con fuerza y sacó un cigarrillo, lo puso en su boca y luego sacó un encendedor para prenderlo.
Con un "clic", tiró el encendedor sobre la mesa.
Después de dar unas caladas al cigarrillo, habló,
"Te doy una salida, olvídate por completo de Carol. Te compro la casa por un buen precio y te doy otra casa extra, con la condición de que desaparezcas de la vida de Carol y sus hijos."
Al oír esto, Rick entrecerró los ojos,
"¿Por qué debería seguir tus órdenes? Lo siento, Sr. Aspen, pero no tomaré el camino que me ofreces. Me gusta ella y sus hijos, quiero ser su esposo, quiero ser un padre para Laín, Ledo y Luca."

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