¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 660

"No es que no puedas, simplemente no es el momento. ¿Me puedes dar un poco más de tiempo?"

Ella estaba segura de que, una vez definieran su relación, le contaría sobre los niños.

¡Pero definitivamente ahora no era el momento!

Apenas estaban empezando, solo había afecto mutuo, aún no habían definido el futuro, ni siquiera habían declarado abiertamente su afecto. Lo de los niños tenía que mantenerse en secreto por ahora.

Para ella, los niños eran demasiado importantes como para revelarlos antes de que todo estuviera decidido.

El rostro guapo de Aspen se ensombreció,

"Puedo darte tiempo, pero necesitas darme una razón. ¿Por qué últimamente no puedo mudarme contigo?"

"La razón... te la diré después."

"¿Y cuánto tengo que esperar?"

"No estoy segura."

"¿Entonces podría terminar esperándote eternamente sin obtener una respuesta?"

Carol bajó la mirada, sin decir palabra, "…"

Aspen, frustrado, frunció el ceño interrogándola,

"Carol, ¿crees que esto es justo conmigo? No me dejas mudarme, no das razones, ni una fecha concreta. ¿Estás decidida a evitarme y buscas excusas para rechazarme?!"

"¡No es eso! No te evito, yo…"

"Entonces, ¿qué es lo que quieres decir?" Aspen interrumpió con enojo.

Carol frunció el ceño, queriendo explicar pero sin saber cómo empezar.

Aspen estaba realmente enfadado y hablaba sin pensar,

Pero... él sin ninguna prueba ya hablaba mal de Rick, ella confiaba en él incondicionalmente, ¿por qué él empezaba a dudar de ella cuando ella no podía darle razones?

Que él la malinterpretara era una cosa, pero que ni siquiera confiara en ella era otra.

Aspen la vio alejarse, quiso seguirla pero se contuvo. Él también tenía su orgullo y su posición.

El hecho de que ella no lo dejara mudarse era algo que él no podía aceptar fácilmente.

Y las acciones de ella hoy no le hicieron sentir querido, sino más bien como un plan B, lo que lo enfurecía aún más.

Aspen regresó a su coche con el ceño fruncido.

Al abrir la puerta, vio en el asiento del copiloto la caja térmica con el desayuno que había preparado con todo amor para Carol.

Mirándola se sintió molesto, la sacó y la tiró a la basura, luego arrancó el coche y se fue.

Si Carol no le daba una explicación razonable del rechazo, ¡no estaba dispuesto a ceder!