La señora Bello, ¿qué lugar ocuparía?
Por encima de miles, la mujer más respetada en todo el círculo de la alta sociedad.
¡La esposa del presidente del prestigioso Grupo Bello!
¡La matriarca de la poderosa familia Bello!
¡La esposa del magnate más rico, Aspen Bello!
¡Por el amor de Dios!
¿Por qué no los mataron directamente? ¡Le habían entregado esa posición a Carol en bandeja de plata!
¡Esa desgraciada de Carol, cómo se merecía!
Si hubieran sabido que se casaría con Aspen, ¡hubiera aceptado aunque él estaba discapacitado!
Pero no, Aspen no estaba discapacitado ahora. Lo vieron hace unos días, con una figura imponente, guapo, con una presencia elegante, emanando una frialdad y distinción que enamora a primera vista.
Un hombre tan deseable, ¿y ellos se lo entregaron a Carol?
Ellos no podían más...
Dalia no pudo contenerse y rompió a llorar,
"¡Mamá, Aspen debe ser mío! Ayyy... él no es de esa desgraciada de Carol..."
¡El corazón de Teresa también sangraba!
Pero al escuchar a su hija, rápidamente le tapó la boca, temiendo que revelara el secreto del intercambio de novias.
Hasta ahora, la familia Bello todavía creía que Dalia era la esposa de Aspen.
¡La familia Bello aún no sabía nada del intercambio!
Si se enteraran, antes de que pudieran siquiera discutirlo, ¡los Bello podrían matarlos!
¡Estaban hablando de la familia Bello!
Teresa cubrió la boca de su hija para evitar que dijera tonterías y encontró una excusa para llevarla de vuelta a la habitación, dejando a Diego solo para hablar con el subordinado de Paulo.
Una vez dentro, Dalia lloró aún más,

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