¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 787

Dalia lloraba desconsoladamente, mientras Margarita gritaba,

"¡No le tengas miedo, detrás de ti está toda la familia Bello apoyándote! Dile en voz alta qué es ella!"

"¡Sí, díselo en voz alta!"

Dalia, apretando los dientes y entre lágrimas, dijo,

"¡Qué más da que seas su esposa! ¡Igual me robaste mi lugar! ¡La que debía casarse con él era yo! ¡Yo! ¡Buaaah...!"

¿Qué más da que seas su esposa?

¿Carol era la esposa de Aspen?

Los Bello: "¿?!"

Los curiosos: "¿??!!"

Los amigos de Aspen: "¿???!!!"

Aspen: "¿?????!!!!!!!"

Los cuatro pequeños: "..." Ha llegado la hora de la verdad.

Carol no prestó atención a Dalia y miró hacia los Bello,

"Ahora escuchen bien, ¿quién es realmente la amante? Ustedes siempre hablan de defender lo justo y no lo injusto, ¿en sus ojos es invertido? ¡La moral de la familia Bello realmente deja asombrado a cualquiera!

Ahora, yo, Carol Paz, les digo, no es que ustedes no nos dejaran entrar a mí y a mis hijos en la casa de los Bello, ¡es que ni yo ni mis hijos queremos entrar a una casa donde la moral está tan torcida!"

Los Bello se quedaron sin aliento en conjunto, se sonrojaron en conjunto, ¡y se sorprendieron en conjunto!

El pecho de Paulo se movía tumultuosamente, su rostro pasaba de verde a morado, ¡si no fuera porque le costaba moverse, ya habría confrontado a Dalia para aclarar las cosas!

"¡Dinos... tú misma di qué está pasando aquí?! Yo personalmente escogí a la novia de mi nieto, recuerdo claramente que era Dalia, ¡no Carol!"

Margarita también miraba fijamente a Dalia y gritaba, "¡Acláralo de una vez!"

Lidia Bello no pudo contenerse más y se acercó a Dalia, tratando de calmarla,

"No llores más, y no les tengas miedo, detrás de ti está toda la familia Bello. Dime, ¿fue Aspen quien te forzó a decir esto?"

Dalia, siguiendo los consejos de Diego, se arrodilló frente a Aspen y entre sollozos dijo,

"¡Carol es una niña abandonada que mis padres recogieron! Cuando llegó alguien con una gran fortuna a pedir mi mano, nombrándome explícitamente para casarse, pero como la fortuna era generosa y Carol dedujo que era alguien adinerado, su vanidad la llevó a exigir reemplazarme amenazando con suicidarse si no lo hacía.

Aunque no era hija biológica de mis padres, ellos la querían mucho y no podían soportar verla morir, así que accedieron a dejarla casarse en mi lugar..."

La familia Bello se quedó sin palabras: "¡Cómo...!"

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