La niña parpadeó sus grandes ojos al mirarlo y luego miró al guardaespaldas, buscando su opinión.
Papá había dicho que cuando él no estuviera, debía escuchar al guardaespaldas.
El guardaespaldas abrazó fuertemente a la niña, mirando con recelo a Ledo y preguntó, "¿Quién eres tú realmente?"
"Soy su hermano. ¡Su hermano de sangre!"
Justo después de que Ledo terminara de hablar, un ruido vino desde afuera.
El guardaespaldas que abrazaba a la niña tensó su expresión, y Ledo también frunció el ceño, "Tú quédate con la niña, voy a ver qué pasa."
Ledo abrió la puerta del dormitorio y se encontró con Laín, Luca y Miro.
¡Y también estaban los guardaespaldas de Aspen!
Ledo rápidamente los saludó, "¡Hermano!"
Laín echó un vistazo a los matones heridos en el suelo y frunció el ceño, "¿Qué ha pasado aquí?"
Ledo explicó, "Estos son hombres de Rick, y esos vestidos de traje, no sé de quién son. Cuando llegué, ya estaban peleando. ¡Vinieron a llevarse a Tesoro!"
Laín frunció el ceño aún más, "¿Está bien Tesoro?"
"Sí, está en el dormitorio, está segura. Pero parece que no quiere volver a casa conmigo. Le dije que soy su hermano y no reaccionó. Por ahora, solo confía en su guardaespaldas."
"No me sorprende," dijo Laín.
"Tesoro fue criada por Rick, a quien más quiere y en quien más confía es en Rick. Los guardaespaldas a su lado fueron colocados por Rick, por lo que es natural que confíe en ellos."
"Entonces, ¿qué hacemos? ¿Cómo la llevamos a casa? Si la llevamos a la fuerza, podríamos asustarla, ¿no?"
"Yo me encargaré de convencerla."
Laín se dirigió rápidamente al dormitorio, seguido de cerca por Ledo, Luca y Miro.
Al entrar, Laín, Luca y Miro vieron a la niña en brazos del guardaespaldas y por un momento, nadie habló.
¡Era la primera vez que veían a su hermanita!

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