¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 948

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En la pantalla del computador, 'Aleph' levantó la cabeza instintivamente y miró a Paulo.

"Parece que no te cae bien Yareni."

Paulo frunció el ceño, su rostro se oscureció.

"No es que no me caiga bien, ¡es que la odio! ¿Cómo mi hijo iba a cortar lazos conmigo si no fuera por ella seduciéndolo? Si su genética no fuera tan malvada, ¿por qué mi nieto no me haría caso? Aspen ha sido corrompido por esta mujer, no respeta a los mayores, no tiene unión, falta completamente de sentido familiar, ¡siempre contrariando a su propio abuelo! ¡Todo el desagrado entre mi hijo, mi nieto y yo es por culpa de esa desgraciada Yareni! ¡Ella sola ha arruinado a toda la familia Bello!"

Carol y los tres pequeños estaban furiosos, ¡qué sinvergüenza más grande!

¿Quién había arruinado realmente a toda la familia Bello?

Yareni no era una calamidad, era la salvadora de la familia Bello, lástima que Paulo no podía ver más allá de sus narices y no permitía que ella entrara a la casa de los Bello. Así, el destino de la familia Bello estaba sellado a la desgracia.

Aunque Aspen también llevaba el apellido Bello, ya se había separado de la familia Bello con Tiberio, así que, en teoría, ya no tenía nada que ver con la familia Bello actual.

Por lo tanto, la felicidad de Aspen no tenía nada que ver con Paulo y los demás.

¡Lo único que esperaba Paulo y los suyos era la ruina!

Después de maldecir a Yareni por un rato, Paulo preguntó a 'Aleph',

"¿Qué estás viendo?"

'Aleph' respondió con otra pregunta, "¿Estás seguro de que esto contiene las cenizas de Yareni?"

Paulo asintió de inmediato, "¡Claro que estoy seguro! ¡No te traería un falso!"

Aleph, sosteniendo el jarro, entrecerró los ojos mirando a Paulo.

Aspen lo miraba fijamente,

"…Puedo jurar que si esto no contiene las cenizas de Yareni, que no me espere nada bueno, ¡que me caiga al infierno después de muerto!"

'Aleph' lo miró fijamente por unos segundos antes de desviar la mirada.

Luego observó el jarro durante un largo rato, con cuidado lo colocó en una caja de madera, "Guárdalo."

Paulo preguntó, "¿Ya está?"