Soy la esposa del tío de mi ex romance Capítulo 49

Cuando Jonathan despertó, Sabrina no estaba en la cama, se enderezó asustado.

—¡¿Habrá escapado?!

Minutos despues de decirlo, sus palabras le sonaron estúpidas, ¿Por qué ella se iría de su lado? Negó.

Se levantó y fue a buscarla, al salir un olor delicioso a café recién hecho y dulce invadió su olfato, siguió el olor a la comida, y la encontró sirviendo la comida en la mesa.

Ella sonrió al verlo.

—Toma asiento, tengo tu comida lista.

Él sonrió.

—¡Qué locura! No suelo desayunar casi nunca.

—Pero… por favor, come.

Él asintió

—Iré a arreglarme, vuelvo en unos segundos.

Ella sonrió, esperanzada.

Jonathan volvió tal cual lo prometió, tomó asiento y bebió aquel café, sus ojos se abrieron enormes, era incluso mejor que el café como que solía comprar en la cafetería cercana al hospital oncológico.

—¿Quién te enseñó a hacer el café?

—Mi madre, ella adoraba hacer café y cocinar.

—Murió hace poco, ¿Verdad?

—Ella tuvo un problema en el corazón, nunca pudo mejorar, pero fue inesperado, no me di cuenta de que estaba tan enferma.

—Lo siento —dijo al ver la tristeza brillar en sus ojos claros, ella asintió y sonrió.

—¿Hoy trabajarás?

—Hoy no lo haré.

—Bien.

Un silencio incómodo los invadió, él probó los panques, y descubrió que eran muy sabrosos.

—¿Por qué no vamos a pasear? Si te sientes bien.

Ella sonrió, asintió despacio.

—Me siento bien.

—¿A dónde quieres ir?

Ella titubeó.

—Puedes escoger tú, por favor, iré a cualquier lugar, será maravilloso para mí.

Él sonrió, le gustó como era ella, de pronto le pareció dulce, complaciente y tierna, asintió

—Te llevaré al lago de campo, un picnic ahí nos vendría bien sobre todo para que tomes aire fresco y un baño de sol para el bebé.

Ella sonrió

—Prepararé una comida deliciosa, entonces.

Él sonrió.

Llegaron hasta el lago de campo.

Tomaron una sombra en medio del prado.

Ella sacó poco a poco las cosas de la canasta, y él sonrió al ver el delicioso pastel de chocolate.

—¿Quién te dijo que amo el pastel de chocolate?

—En realidad, no lo sabía, me alegra tanto que te guste.

Sabrina sonrió estaba soñando desierta con encontrar a su único amor.

—¿Cómo elegiste ser médico?

ÉL la miró a los ojos.

—Bueno, todo fue desde mi nacimiento, no nací con normalidad.

Ella le miró incrédula.

—¿Que dices?

—Mis padres estaban divorciados, tenían un hijo en común, Alex, así que, Alex enfermó, necesitaba un trasplante, y solo un hermano podría ser compatible, digamos que yo era como la medicina de Alex, para eso nací.

Sabrina lo miraba con ojso enormes, habái un gesto compasivo en su rostro.

—Yo…

Capítulo Cuarenta y nueve: Nunca subestimes a tu enemigo 1

Capítulo Cuarenta y nueve: Nunca subestimes a tu enemigo 2

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