Resumo do capítulo Capítulo 1002 de Ten cuidado, mi papá CEO
Neste capítulo de destaque do romance Amor Ten cuidado, mi papá CEO, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
Sharon no le respondió y limpió en silencio el desastre en el suelo antes de levantarse. Ella le dio la espalda y volvió a guardar silencio. La verdad es que su corazón ya no estaba en paz. Simon estaba absolutamente seguro de que ella le estaba ocultando algo.
“¿Es por la visita al hospital de hoy? ¿Estás enferma?”. Esto era lo peor que se le vino a la mente a Simon.
Sharon no podía contenerse más; sus emociones estaban hechas un desastre mientras intentaba reprimir sus gritos. Incluso sus hombros estaban temblando. Una expresión de preocupación apareció en el rostro de Simon mientras la hacía girar para mirarla.
“¿Qué pasa? Cuéntame”. ¿Era una enfermedad grave, tal vez?
Sharon quería contestarle, pero le costaba hablar, así que no tuvo más remedio que pasarle el informe de la prueba. Simon lo agarró y lo miró con desconfianza.
“¿Qué es esto?”. Parecía que era el informe de una prueba de su hijo.
“¿No lo ves? Sebastian ha heredado los genes de mi familia. Además, está enfermo...”. Sharon se atragantó.
A Simon no le sorprendió que su hijo hubiera heredado el gen, pues se había enterado hacía mucho sobre esta enfermedad y no era tan terrible como ella pensaba. Además, esta enfermedad podría prevenirse siempre y cuando no hubiera cambios demasiado bruscos en su estado de ánimo, por lo que su vida no sería diferente que la de cualquier otra persona. Era solo que el otro informe mostraba que su hijo tenía una enfermedad grave.
“¿Acaso han cometido un error? Sebastian se encuentra bien. ¿Cómo puede tener tal enfermedad?”. La expresión de Simon lucía solemne.
“El médico dijo que su enfermedad está aún en período de incubación, pero que pronto empezará a desarrollar síntomas. Si no se le trata a tiempo, morirá”, dijo Sharon en voz baja.
“Si Sebastian está enfermo, le daremos tratamiento. Deberías habérmelo dicho. ¿Por qué molestarte en ocultarlo y sentirte triste por tu cuenta?”. Ellos podían afrontar esto juntos.
Sharon lo miró, y hubo un silencio total. Luego, una infinidad de pena se extendió por sus ojos.
“¿Sabes cuál es el mejor tratamiento para esto según el médico?”.
“¿Cuál es el tratamiento?”.
La expresión de Simon se volvió sombría casi al instante de escuchar esto.
Él dijo fríamente: “¡Eso es imposible!”. ¡Él nunca tendría otro bebé con otra mujer!
“Sé lo ridícula que es mi propuesta, pero como padres, tenemos que hacer sacrificios para salvar a Sebastian”.
“Te sugiero que te quites esa idea de la cabeza inmediatamente. No voy a tener otro bebé con otra mujer ni voy a impedir que reciba tratamiento. Buscaré un médico para saber más sobre esta enfermedad”. Tras decir esto, sujetó la cara de la mujer con las manos y se inclinó más hacia ella. Él le lanzó una mirada penetrante y fría mientras le advertía una vez más: “No debes volver a tener una idea así. ¿Entendido?”.
“Yo tampoco quiero que sea así... Pero no puedo perder a Sebastian”. Con los ojos llenos de lágrimas, Sharon se lanzó a los brazos del hombre. Su corazón no sentía más que una tristeza abrumadora.
Simon la abrazó con fuerza y le dijo con voz grave: “Yo resolveré este asunto...”.
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