Antes de que Sharon pudiera aclarar sus dudas, Simon dijo con frialdad: "Solo haz lo que te dije. De todos modos, no quiero volver a verte". Tras decir esto, colgó la llamada.
Sharon solo se quedó escuchando el pitido en su teléfono mientras su mente quedaba en blanco...
¡Su instinto le decía que algo estaba pasando con Simon!
Ella no pudo evitar pensar que el problema tenía algo que ver con él y Diana…
Además, Sharon nunca fue una mujer que simplemente le hacía caso a los demás. '¿En serio cree que voy a hacer lo que quiere solo porque me prohibió salir?'.
Además, se sentía incómoda por la actitud inusual de Simon. Si no se dirigía a aclarar las cosas con él, no podría conciliar el sueño.
Pensando en esto, se dirigió inmediatamente al hospital.
A esa hora, la noche estaba completamente oscura, y todo estaba sumido en la oscuridad.
Claude se apresuró a reportarle las últimas noticias a Simon. "Presidente Zachary, nuestros hombres los han confrontado. Ya hemos eliminado a dos de ellos y, por el momento, mantenemos ventaja sobre ellos. Sin embargo, tres o cuatro personas están gravemente heridas".
Que Claude estuviera allí reportándose atestigüaba que había logrado evadir el peligro. Uno podría imaginar cuán feroz había sido la situación cuando ambas partes se enfrentaron.
Aunque los hombres entrenados por Claude eran todos unos guerreros muy capaces, algunos de ellos resultaron heridos, por lo que no debían subestimar a su enemigo.
"¿Imperio Nocturno está dándole apoyo al enemigo?", preguntó Simon.
"Así parece".
El deslumbrante rostro de Simon adquirió una expresión sombría y fría. ‘Jesse está recibiendo ayuda del poderoso Imperio Nocturno. Parece que las cosas serán difíciles’.
"Continúa enviando más hombres para mantenerlos a raya. No puedo permitir que pase nada en el hospital". Él quería proteger a su vulnerable hija.
"Sí, señor". Claude estaba a punto de salir cuando otro subordinado entró corriendo y dijo: "Malas noticias, presidente Zachary. La señorita Jeans está aquí".
Las pupilas de Simon se encogieron. "¿Quién le permitió llegar aquí? ¡Date prisa y detenla!". Considerando el carácter de Sharon, debió imaginarse que ella aparecería, de todos modos '¡Era obvio que ella no me escucharía!'.
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Os comentários dos leitores sobre o romance: Ten cuidado, mi papá CEO