Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1184

La mirada fría de Eugene se fijó en el rostro de Fern, el cual había sido meticulosamente maquillado. No podía negar el hecho de que, bajo las luces del escenario, ella se veía llamativa y tenía las cualidades innatas necesarias para ser una celebridad.

Sin embargo, Eugene no pensaba que esta mujer tuviera que vivir su vida frente a las cámaras. Él era capaz de satisfacer todas sus necesidades.

Si tanto lo deseaba, podría continuar filmando películas y comerciales. Pero esperaba que lo hiciera solo como un pasatiempo, no como una carrera.

¡Y más que nada, no quería que ella trabajara con ese hombre que solo tenía la intención de acercarse a ella!

Todo lo que él hacía era por el bien de ella. Verla tan cerca de Jeremy lo enfureció. Eugene podía admitir que estaba celoso y que no podía aceptar que ella tuviera una relación íntima con ningún otro hombre.

Sin embargo, ella dijo que todo lo que Eugene hacía la tenía harta.

"Así que solo soy una molestia para ti, y no puedes verme", dijo con una voz inusualmente fría y profunda.

Eugene quería pensar que ella solo se estaba desahogando.

Fern estaba adolorida debido a que Eugene le apretaba la barbilla. ¡El hombre tenía una expresión tan fría que pensaba que él iba a romperla en pedazos!

Ella no podía pensar racionalmente y simplemente decía lo que se le ocurría: "Así es, no te soporto. Así que, por favor, déjame ir".

Sus palabras fueron como una espada afilada atravesando el corazón de Eugene, haciéndolo sentir un pinchazo en su corazón. Sus ojos perdieron gradualmente su brillo, como un profundo abismo donde uno no podía distinguir el fondo.

El hombre apretó los dientes, y cuando volvió a hablar, su voz se escuchaba profunda y ronca: "¿Quieres terminar conmigo solo para seguir con tu vida de celebridad? ¡¿Ya ni siquiera quieres a tu hija?!". '¿Acaso tampoco me quiere a mí ahora?', pensó.

Los ojos del hombre eran demasiado intimidantes, tanto que hicieron que Fern se sintiera tensa y apretara los puños. Después de un rato, ella solo dijo: "Así es".

¡Fern sabía que al decir esas palabras, significaba que perdería la custodia de su hija!

"Entonces, ¿vas a romper conmigo ahora?". Ella levantó los ojos para mirarlo.

Eugene presionó sus labios sobre los de ella con fuerza. Su beso fue rudo y pesado, como si estuviera desahogando sus frustraciones en ella o incluso castigándola. ¡La estaba humillando!

Fern se dejó llevar por la ira y golpeó los hombros de Eugene, intentando alejarlo. "¡Suéltame, maldito!".

Fern estaba roja de la ira. Pero no importaba cuánto lo golpeara, él no parecía dispuesto a soltarla.

"¡Eugenio, déjame ir!".

Pero mientras forcejeaban, las manos de Eugene soltaron de repente a Fern. Se escuchó la voz de un hombre diciendo: "¡Oye, bastardo! ¡Te está diciendo que la sueltes! ¿No la escuchaste?".