Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1266

Jeremy se encontró con la mirada asesina de Eugene sin retroceder. Él extendió su brazo y dijo: “Eugene Newton, suéltala. Ya no estás en una relación con ella. Devuélvemela”.

Sus palabras hacían parecer que él tenía una relación romántica con Fern ¡y que ella ya era su mujer!

La implicación de esas palabras alimentó instantáneamente las llamas de la ira en Eugene. ¡Él estaba consumido por la rabia!

“¡Piérdete!”, gritó Eugene con frialdad. Él lucía como un leopardo feroz que se volvería salvaje en cualquier momento.

Fern ya estaba borracha. ¡No había forma de que se la entregara a Jeremy!

Sí, él era un desvergonzado. Aunque había terminado su contrato con ella y le había dicho que le daría la libertad, él todavía no podía dejarla ir por completo.

Él solo se comportaría tan descaradamente por ella. Además, ella era la madre de su hija.

La sonrisa de Jeremy se amplió cuando notó que Eugene estaba enojado. “¿Significa eso que quieres estar en las tendencias de las redes sociales una vez más por acosarla sexualmente?”.

Fern solo estaba ligeramente ebria, no completamente borracha. En el momento en que escuchó las palabras de Jeremy, ella miró a su alrededor. ¿Acaso él le había pedido a alguien que grabara un vídeo otra vez?

Para ser honesta, aunque él estaba tratando de rescatarla en ese momento, a ella no le gustaba ese comportamiento.

“Suéltame, Eugene Newton”, le dijo ella de manera exasperada.

Eugene desvió su mirada y la fijó en ella. “Si te suelto y dejo que él te lleve en este estado, ¿no estaré permitiendo que se acueste contigo?”. Su elección de palabras era extremadamente despiadada debido a su enojo.

Las pupilas de Fern se contrajeron mientras una ola de ira y humillación se apoderaba de ella. ¡Ella levantó la mano y le dio una bofetada en la cara!

“¡Desgraciado!”, le regañó ella, ya que seguía enfurecida incluso después de haberlo golpeado. Ella estaba tan enfadada que empezó a temblar.

¿Quién creía él que era ella?

El rostro de Eugene le ardía por la bofetada. Extrañamente, su ira se disipó.