Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 136

“Estamos en un hotel. Si tiene algún asunto urgente, le pediré que le devuelva la llamada cuando salga”. El tono que usaba Rebecca no era el de una secretaria.

La expresión de Sharon cambió ligeramente, pero dijo: “No es necesario. No es urgente. No tienes que decírselo. Eso es todo”. Ella colgó apresuradamente, no queriendo oír la voz de Rebecca Lawrence pronunciar una palabra más.

¿Ellos estaban en un hotel? ¿Simon se estaba duchando?

¿Acaso él estaba haciendo horas extras en un lugar como ese?

Sharon no pudo controlar sus pensamientos.

¿Por qué en el momento en que ella pensaba en esas cosas, su pecho su contraía hasta que le costaba respirar? Además, ¿por qué sentía ese sentimiento amargo?

¿Por qué le importaba tanto si él estaba en un hotel con Rebecca?

Si él de verdad estaba pasando tiempo con Rebecca en un lugar así, era algo bueno para Sharon. En el acuerdo que firmaron, la persona que mencionaba el divorcio primero estaría incumpliendo el acuerdo, por lo que el niño iría a la otra parte.

Rebecca era la esposa que la familia Zachary había escogido para él. Absolutamente nadie se opondría a que estuvieran juntos.

En ese caso, ¿eso significaba que ella podría irse con su hijo muy pronto?

Para ella, esto era algo por lo que valía la pena estar feliz, pero, extrañamente, no podía sentirse feliz.

En la habitación del hotel, Simon en efecto se estaba duchando. Él tenía una actividad social esta noche, y había una mujer en su mesa que seguía sirviéndole vino. Cuando él empujó a la mujer a un lado, el vino lo salpicó todo.

Rebecca le pasó rápidamente el teléfono. Solo entonces ella se dio cuenta que el hombre solo tenía una toalla envuelta alrededor de la mitad inferior de su cuerpo.

Ella lo miró fijamente por un rato, su corazón se aceleró involuntariamente.

Por otro lado, Simon no le dio otra mirada. Una vez que agarró su teléfono, él miró la llamada anterior. Cuando vio el número, supo que era Sharon.

Fue Franky quien ayudó a Sharon a configurar su nuevo teléfono. Simon no tuvo tiempo de guardar su número, pero recordaba el número y supo que era ella de un vistazo.

“¿Ella no dijo nada?”. Simon miró a Rebecca con las cejas fruncidas.