Resumo do capítulo Capítulo 1563 de Ten cuidado, mi papá CEO
Neste capítulo de destaque do romance Amor Ten cuidado, mi papá CEO, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
Si Quincy recuperara sus recuerdos algún día, ¿cómo se enfrentaría a su hijo?
“Sharon, ¿sigues ahí?”, preguntó Quincy al no escuchar su respuesta.
Sharon volvió inmediatamente en sí. “Sí, estoy aquí...”.
“Debes venir a visitarme. Ahora eres mi única amiga”. Quincy solía sentirse bastante sola, sobre todo cuando Dayton no estaba en casa.
Lo peor era que ella no podía recordar nada del pasado, así que no sabía qué otros amigos tenían. Sharon era la única que había ido a visitarla, así que era la única amiga que recordaba.
“Claro, definitivamente iré a visitarte”. En una situación como esa, Sharon consideró que tenía que visitar a Quincy.
Ella tenía que preguntarle a Dayton qué más pretendía hacer. Él le estaba haciendo daño a Quincy al hacer esto.
Por supuesto, ella no podía contarle a Quincy nada de esto, especialmente entonces, pues estaba embarazada.
Simon regresó cuando Sharon terminó de hablar por teléfono. “Los platillos están listos”, anunció él mientras sostenía dos contenedores isotérmicos en sus manos.
“Pide a alguien que les lleve la comida”. Sharon miró y se dio cuenta de que había seis platillos en total. Lucían bastante deliciosos. Habría suficiente comida para Fern y Rue.
“¿Con quién hablabas por teléfono hace un momento?”, preguntó Simon.
“Con Quincy Lane. Me invitó a su casa para pasar el rato”.
Simon levantó la ceja y preguntó: “¿Oh? ¿Te apetece ir allí?”.
“Sí, viajaré allí después de Año Nuevo. Te llevaré conmigo. ¿Qué te parece?”. Ella lo miró.
“Estaré más que feliz si me llevas a un lugar para divertirme”.
Sebastian se acercó y dijo: “Pensé que ambos estaban cocinando para mí, pero están aquí coqueteando con susurros. ¿Estoy perturbando su vida de pareja después de volver?”.
“No, para nada. Espera un poco. Pronto terminaré de cocinar”, dijo Sharon.
“Mamá, ¿estás cocinando personalmente para mí?”. Sebastian no esperaba recibir un trato tan excelente.
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