Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1567

Él le agarró la mano y le preguntó: “¿Quieres volver a estar conmigo?”.

Fern lo miró con sorpresa. Él acababa de despertarse. ¿Por qué estaba hablando de eso en un momento como ese?

Él entonces dijo: “Me he divorciado. Tengo derecho a hablar de volver a estar contigo ahora”.

Parecía que él recordaba todo. ¿Había escuchado todo lo que le habían dicho cuando estaba inconsciente? ¿Solo había sido incapaz de abrir los ojos?

“Debería llamar a un médico para que le eche un vistazo a tu estado”. Ella estaba a punto de llamar al médico cuando recordó algo de repente. “Cierto, hoy es la víspera de Año Nuevo. No habrá médicos por aquí”.

Él tiró de ella y le dijo: “No necesitas llamar a un médico. Me encuentro bien. Todo está bien”.

“¿En serio?”. Ella lo miró con preocupación.

Él tiró de ella con fuerza y la puso frente a él. “Me he despertado. Ya no tienes que preocuparte ni cuidar de mí. En el futuro... yo cuidaré de ti”.

Ella se encontró con la mirada del hombre, y los latidos de su corazón comenzaron a acelerarse.

“¡Papi! ¿Estás despierto? ¿O estoy soñando?”. Rue vio a su padre sentado en la cama cuando se despertó, hablando con su madre. La pequeña no podía creer lo que estaba viendo.

Eugene le tendió la mano y le dijo: “Acércate y sabrás si estás soñando o no”.

Rue corrió inmediatamente hacia adelante. Ella corrió a los brazos del hombre y lo abrazó. “Papi... estás despierto. De verdad estás despierto... Bua, bua...”. Ella no pudo resistirse a romper a llorar.

Eugene la abrazó y le dio unas ligeras palmaditas en la espalda. “Sí, estoy despierto. Tú y tu madre no tendrán que cuidarme más en el futuro”.

“Mami ha estado cuidando de ti durante el último año. Ella ha sufrido mucho. Debes compensarla bien”, dijo Rue mientras se secaba las lágrimas.

Eugene la ayudó a secar sus lágrimas también. Él se rio entre dientes ligeramente y dijo: “Por supuesto. Las compensaré bien a ambas”.

“Debes volver con mami y casarte con ella. Los tres no nos separaremos nunca más”. Rue agarró la mano de su madre y la colocó en la gran mano de su padre. Ella luego puso su propia mano sobre la de ellos también.

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