Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1664

En realidad, la salud de Sirius siempre había estado en malas condiciones desde que era joven. Él se enfermaba con extrema facilidad.

Al principio, Dayton dedicaba la mayor parte de sus esfuerzos buscando a Quincy. Durante ese tiempo, él había hecho que una niñera y un pediatra cuidaran de su hijo.

Él no se había esforzado mucho en cuidar de su hijo en esos años. Él no estaba preocupado siempre y cuando su hijo no estuviera enfermo o hubiera un médico que pudiera tratarlo a tiempo si caía enfermo.

Por lo tanto, padre e hijo rara vez se hablaban. La mayor parte del tiempo, Sirius tampoco tenía ganas de hablar con él.

Sirius se había acostumbrado a recuperarse de sus enfermedades solo, así que nunca esperó recibir los cuidados o la preocupación de nadie.

Justo entonces, él se quedó ligeramente sorprendido después de notar la expresión severa pero preocupada de Quincy. Después de todo, él no era su hijo. ¿Por qué se preocupaba tanto por él?

Por lo tanto, él continuó rechazando su oferta. “Tomaré la medicina después de regresar a casa. Hay un médico al igual que medicinas en mi casa también”.

Era innegable que Dayton le había proporcionado a Sirius las mejores condiciones de vida. Incluso podía ver al médico en su casa.

“Estás teniendo una fiebre muy alta ahora. No puedes esperar más. Tienes que tomar al menos esta medicina para la fiebre”. Quincy hizo caso omiso de lo que dijo y sacó unas píldoras para bajar la fiebre para niños. Luego se acercó después de preparar una taza de agua con miel para él.

“Las píldoras no tendrán un sabor amargo si las tragas después de tomar un sorbo de agua con miel”. Así era como convencía a Pequeña Pastelito para que se tomara las píldoras cuando estaba enferma.

Pequeña Pastelito asintió y dijo: “Sí, las píldoras no saben amargas si te las tomas con agua de miel. Trágatelas enseguida. Solo te recuperarás después de tomar estas píldoras”.

Después de hablar, Pequeña Pastelito agarró las píldoras y las puso delante de la boca de Sirius. “Tómate estas píldoras. Te sentirás mejor después de tomarlas...”. La dulce y gentil voz de la niña estaba llena de preocupación hacia él.

Había una expresión rígida en el rostro de Sirius mientras fruncía las cejas. El dúo de madre e hija era extremadamente problemático...

Aunque eso era lo que pensaba, él abrió grande la boca y se tragó las píldoras que le dio Pequeña Pastelito.

“Date prisa y bebe esta dulce agua de miel”. A Pequeña Pastelito no le gustaba el sabor amargo de las píldoras cuando era joven. Ella pensó que a él también le desagradaría el sabor amargo de las píldoras, así que le entregó la taza de agua con miel de inmediato para que pudiera beber un sorbo.

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