Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 167

“Sí, señor”, respondió Franky de inmediato.

“También... pida al departamento de informática que investigue quién publicó este artículo”, Simon dio su segunda orden.

Este era el foro de la corporación. ¿Cómo se atreve esta persona a publicar este artículo sin pensar? ¿Pensaron que la gerencia no podría rastrearlo, ya que lo publicaron de manera anónima? Eventualmente se iba a encontrar al responsable de esto. Esta persona solo continuaría comportándose de esta manera si él no tomaba acción.

Penelope frunció el ceño y dijo: “¿Por qué te molestas en investigar este asunto? Esa persona simplemente expuso los hechos. Es hora de que veas qué tipo de persona es Sharon. Ella sabe claramente que ustedes dos están en un matrimonio por contrato que se supone que debe mantenerse en secreto, sin embargo, tomó la iniciativa de besarte con tanta presunción frente a todos durante la celebración de anoche. ¿No crees que tiene motivos ocultos? ¡Creo que ella se muere por que todo el mundo sepa que es la esposa del presidente!”.

El rostro hermoso de Simon era oscuro y sobrio. “Penelope, el foro de la corporación no permite la publicación de contenido que no esté relacionado con el trabajo, pero esta persona fue lo suficientemente atrevida como para publicar este artículo. ¿No están provocando abiertamente la autoridad de la corporación al hacer esto? ¿Cuándo empezaste a tolerar a tales personas?”.

Penelope, que siempre supo separar los asuntos públicos de los privados, aún tenía prejuicios cuando se trataba de Sharon.

Ella se quedó sin palabras durante un rato y su rostro se veía tenso. Dijo con frialdad después de unos segundos de silencio: “Ahora estoy hablando de Sharon. ¿Cuándo te divorciarás de ella?”.

“Penelope, me ocuparé de esto primero. Hablemos de eso en el futuro”.

La actitud de él le pareció muy superficial. Ella estaba muy insatisfecha y quería decir algo cuando Franky le informó a Simon después de colgar el teléfono: “Presidente Zachary, hay noticias. La Señora fue a la empresa y... entregó una carta de renuncia”.

Los ojos de Simon se hundieron de repente cuando escuchó esas palabras.

Sharon salió por las puertas de la empresa sosteniendo una caja de cartón. Las personas la estaban mirando fijamente mientras caminaba. Quizás su partida era exactamente lo que querían ver.

¿Quién más tenía la culpa de que ella no podía distinguir entre el bien y el mal y trató de seducir a su gran presidente?

El tono de llamada de su teléfono sonó en su bolsillo. Ella sacó su teléfono y vio que era Simon.