Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 231

"¿Cómo me llamaste? Dilo de nuevo". La figura del hombre se acercó a Sharon. Ella se impacientó y levantó la mano para apartarlo. La habitación estaba a oscuras, pero Simon aún podía ver con claridad. De repente, agarró las muñecas de Sharon y las inmovilizó contra la pared mientras bajaba la cabeza y juntaba sus labios con los de ella.

Las rosas que Sharon había estado sujetando hasta ese momento cayeron al suelo junto con el bolso que llevaba al hombro.

Justo en ese momento, el sonido de un teléfono sonando provino del bolso en el piso... la mitad del teléfono quedó afuera cuando el bolso cayó. En la oscuridad, la pantalla iluminada era tan brillante que deslumbraba la vista.

Simon miró hacia abajo para mirar el identificador de llamadas y vio el nombre de Eugene en la pantalla. Su atractivo rostro se volvió frío de desdén. ¿Por qué Eugene estaba llamando a su mujer? ¡Simplemente insistió en quedarse molestando como una mosca!

Sharon se puso un poco más alerta cuando escuchó sonar su teléfono. Ella extendió la mano para recogerlo, pero Simon presionó sus labios contra los de ella y la besó de nuevo.

"Mmm, mi teléfono está sonando…”.

"¡No respondas!", gruñó Simon en voz baja e irritada. Levantó a Sharon en sus brazos mientras la besaba, sin prestar atención a su pierna herida.

Mientras la besaba, la llevó al dormitorio y ambos cayeron sobre la cama.

El teléfono terminó abandonado junto a la puerta. Sonó tres o cuatro veces antes de detenerse.

Sharon ya había estado en un estupor de ebriedad desde el principio, y cuando Simon la besó, se olvidó rápidamente de todo lo demás. Sin embargo, sabía inconscientemente quién se estaba besando con ella, por lo que no pudo evitar reaccionar ante él.

Simon sintió un tirón en las fibras de su corazón y se movió de modo que sus delgados labios quedaron al lado de la oreja de ella. "Llámame esposito de nuevo", murmuró él tentadoramente.

Antes, cuando la escuchó llamarlo así, sintió como si su corazón estuviera a punto de derretirse. Esa voz suave sonaba como un gatito lánguido, un gatito que era solo suyo.

"Mmm, no...". Sharon estaba cautivada por los besos de Simon. Cuando él se detuvo abruptamente, ella estaba un poco disgustada.

“Sé una buena chica ahora. Llámame esposito. Si lo dices, te daré un dulce".

"¿Dulce?". El pequeño rostro de Sharon tenía una expresión aturdida, pero aún era consciente de que los dulces eran algo bueno.

Los dedos largos y delgados del hombre le apartaron los mechones de cabello de la mejilla. Su voz ronca era bastante seductora. "¿Te gustaría un dulce?".

Ella no vio a Simon a su lado y, por el momento, todavía no estaba segura de la situación en la que estaba. "No… no lo sé".

"Si no lo sabes, ¿por qué contestas su teléfono?".

Penelope obviamente no le creyó. Escuchar la voz de Sharon tan temprano en la mañana, especialmente la voz de Sharon recién despierta y empapada por el sueño, la estaba haciendo hervir de ira.

Sharon se frotó las sienes doloridas. Dado que el teléfono de Simon todavía estaba cerca, indicaba que él todavía estaba en casa.

"Dame un segundo. Iré a buscarlo", dijo Sharon mientras se levantaba de la cama con la intención de buscar a Simon. En ese momento, la puerta del dormitorio se abrió y entró la figura alta y bien formada de Simon.

"¿Estás despierta?". Simon estaba vestido solo con una camisa, que tenía los gemelos de la camisa doblados hasta las muñecas, y pantalones. En todos los aspectos, seguía siendo un aristócrata elegante.

"Tu hermana llamó". Ella le entregó rápidamente el teléfono.

Simon lo tomó y respondió: "Hola...".