Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 255

¡Paf!

Antes de que Sharon pudiera terminar de decir la palabra, la mano de Penelope había aterrizado en el rostro de ella. Lo que le siguieron fueron comentarios más cínicos y despiadados: “¿Quién eres tú para llamarme Penelope? Asesina. ¿Aún tienes el descaro de mostrar tu cara por aquí?”.

La cabeza de Sharon se inclinó hacia un lado por su bofetada. ¿Una asesina?

¿De verdad la consideraban culpable de haber asesinado a Douglas?

“Vicepresidenta Zachary, solo quiero ver al director Zachary una última vez”.

Penelope entrecerró los ojos y se burló. “No finjas ser amable. Eres una mujer despiadada y supe desde el principio que serías la que mataría a Simon. ¡Pero nunca esperé que mataras al Viejo Amo primero!”.

“Yo no lo maté...”.

“¡Cállate! ¡Pequeña escoria, sal de mi vista ahora!”.

“Vicepresidenta Zachary...”.

“¡Guardias, saquen a esta mujer de aquí!”. Penelope se negaba a darle a Sharon la oportunidad de hablar. Una vez que dio su orden, los guardaespaldas actuaron casi de inmediato.

“¡Deténganse, ni se les ocurra tocarla!”. Eugene se acercó y protegió inmediatamente a Sharon desde un lado.

Penelope miró fijamente a la persona. “¿Quién es este? Bueno, ¿no es usted el nuevo jefe de la familia Newton?”.

Al ver lo protector que era con Sharon, Penelope los miró a los dos con severidad. ¿Cuál era la relación entre ellos dos?

“¿Por qué estás haciendo un alboroto en la puerta?”. Una fría voz masculina vino desde el interior de la casa. Entonces, un hombre alto y delgado apareció ante sus ojos.

Simon estaba vestido completamente de negro y su expresión era bastante fría y solemne. Cuando vio a Sharon, frunció el ceño, y cuando vio a Eugene a su lado, sus ojos quedaron cubiertos de frialdad.

“¡Sebastian!”. Sharon quería acercarse a él, pero el guardaespaldas le impidió el paso y no le permitió intervenir.

“¡Papi malo, quiero a mi mami!”.

“Lleva al pequeño Joven Amo adentro”, ordenó Simon sin expresión en su rostro.

Ya que Sebastian se resistía mucho, el guardaespaldas lo cargó de inmediato y lo llevó adentro.

“Sebastian...”. Sharon no pudo perseguirlo. Solo pudo ver cómo se llevaban a su hijo y su corazón se llenó de ansiedad y confusión.

“Simon, ¿por qué no estás dejando que mi hijo me vea?”. Era la primera vez que lo veía ser tan frío.

“Hoy es el funeral del Viejo Amo y los forasteros no son bienvenidos”. Simon hizo una pausa y se volteó hacia el guardaespaldas para decirle: “Asegúrate de que se vayan. Si no lo hacen, puedes utilizar cualquier método para echarlos”.