Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 295

“¿Tuviste un mal descanso anoche? ¿Por qué tienes círculos oscuros debajo de los ojos?”, le preguntó su colega en un tono preocupado.

Sharon se mordió el labio y se rio secamente. “Solo duermo bien en mi propia cama, así que no dormí bien anoche”, dijo ella.

Tan pronto como terminó de hablar, vio a Simon que se acercaba con un asistente a su lado. Su postura era firme y rígida. Ella lo miró furtivamente. Él parecía cortés y educado en este momento. ¡Era completamente diferente a la forma en que la había besado con fuerza la noche anterior!

¡Fácilmente podría engañar a muchas mujeres deslumbradas con su atractivo aspecto!

Ella desvió la mirada de él después de mirarlo una vez. Luego se sentó a desayunar. No quería interactuar demasiado con él.

Simon también estaba aquí para desayunar. Se sentó en la mesa al lado de ellos, sus hermosos y encantadores rasgos atraían la atención de todas las colegas mujeres. Ella era la única que seguía comiendo con la cabeza gacha.

El asistente del Gerente Hayes se acercó y dijo: “Señorita Jeans, nuestro gerente ha terminado de clasificar todos los datos sobre el complejo vacacional a lo largo de los años. Me pidió que lo llevara a su oficina para que le eches un vistazo”.

Sharon también tenía la intención de irse después de comer. Se sentía extremadamente presionada por estar en el mismo espacio que Simon Zachary.

“Está bien, iré contigo ahora mismo”, dijo ella, terminando el tazón de avena frente a ella de inmediato.

El asistente miró a los empleados de Corporación Central y preguntó: “¿Dónde está su representante? El Gerente Hayes los invitó a ir a su oficina también”.

El representante de Corporación Central era Howard Zachary, pero ahora no estaba aquí. Quizás aún no se había despertado.

Sharon pensó en secreto que el Gerente Hayes estaba siendo realmente justo. Aunque ambas empresas eran competidoras, ¡decidió compartir toda su información con ellos!

“Yo iré”, dijo Simon en un tono gélido.

“Genial. Presidente Zachary y Señorita Jeans, por favor síganme”, dijo el asistente mientras se dirigía al frente de ellos.

No tuvo más remedio que apartar la cara para mirar el lado contrario del hombre. El aroma único del hombre permaneció en sus sentidos en este pequeño y estrecho espacio...

El pequeño espacio comenzó a sentirse extremadamente represivo.

El ascensor se sacudió repentinamente mientras ascendía ¡y luego comenzó a descender!

“¡Ah!”, espetó Sharon, sorprendida por el repentino giro de los acontecimientos. Ella perdió el equilibrio y estaba a punto de caer cuando un fuerte brazo rodeó su cintura, ¡estabilizándola!

El ascensor que descendía se detuvo de repente. Sin embargo, la luz sobre ellos se apagó, ¡envolviéndolos inmediatamente en la oscuridad!

“¡Ah, ah, ah!”, gritó Sharon mientras se hundía en los brazos de Simon de inmediato, abrazándolo con fuerza. No le tenía miedo a la oscuridad, pero tenía miedo de quedarse atrapada en un espacio oscuro y estrecho. Le costaba respirar.

Simon notó lo fuerte que ella estaba temblando en sus brazos. Debía estar terriblemente asustada. Él también la rodeó con los brazos con fuerza, e instintivamente comenzó a darle palmaditas en la espalda con suavidad. “No tengas miedo, estoy aquí”, él le dijo.