Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 320

Sintiendo que los labios del hombre estaban a punto de tocar los de ella, Sharon inconscientemente levantó la mano para cubrirse la boca. Por lo tanto, el beso del hombre aterrizó en la palma de su mano.

Las pupilas de Simon se oscurecieron levemente. Aún así procedió a besar su palma antes de volver a sentarse a su lado. Luego, frunció el ceño y dijo en un tono un poco disgustado: “Así que, aún me estás rechazando, ¿eh?”.

Hubo un parpadeo en los ojos de Sharon. Su mano aún estaba cubriendo sus labios. “No me has respondido todavía”.

El hombre la miró fijamente sin pestañear. La profundidad de su expresión haría que uno sintiera un escalofrío inexplicable recorriendo su espina dorsal.

Sin embargo, en el siguiente segundo, curvó sus labios en una sonrisa. “¿Quieres que repita lo que dije frente a Penelope? ¿O te gustaría que te dijera personalmente que no me casaré con otra mujer?”.

Lo que ella realmente quería era que él revelara sus verdaderas intenciones.

“Pero tú y la Señorita Gabriel están comprometidos. No puedes simplemente cancelar el matrimonio, ¿verdad?”.

“¿De verdad te importa eso? O tal vez, ¿te importa el hecho de que me vaya a casar con otra persona?”. El hombre la miró profundamente a los ojos.

Sharon estaba un poco avergonzada. Aun así, era demasiado vago para ella. Por lo tanto, se encontró con su mirada y dijo con firmeza: “Sí, me importa. Si terminas casándote con otra persona en el futuro, entonces deja de coquetear conmigo”.

Ella no estaba dispuesta a pasar por otro revés emocional y fracaso. Si eso iba a suceder, entonces preferiría no tener ningún contacto con él.

Para él, la terquedad y determinación en el pequeño rostro de la mujer exudaba cierto encanto. Le resultaba difícil apartar la mirada, ya que podía sentir que le tiraban de las fibras del corazón.

Él apartó la mano que cubría sus labios y bajó la voz mientras se inclinaba más hacia ella. “Muy bien... no me casaré con nadie más. Mis coqueteos serán exclusivamente para ti”. Su voz bajó, junto con sus labios.

Sharon aún estaba pensando sobre sus palabras, y cuando volvió a la realidad, el hombre la había envuelto en el asiento del pasajero. El beso desenfrenado invadió su territorio.

...

Era como si Sharon tuviera que escapar del coche del hombre. Sus mejillas estaban severamente enrojecidas, y corrió rápidamente hacia la puerta de su vecindario.

Howard no respondió a su pregunta. En cambio, la ridiculizó: “¿Por qué eres tan depravada? Mi tío se divorció de ti. Ya no te quiere. ¿Por qué lo sigues buscando? ¿Quieres ser su amante?”.

Sharon estaba furiosa por sus palabras. Estaba a punto de levantar la mano y darle una bofetada, pero Howard rápidamente la agarró por la muñeca.

Él se acercó a ella con una mueca de desprecio en su rostro, incapaz de ocultar los celos en sus ojos. “Con razón te niegues a reconciliarte conmigo. Resulta que aún sigues enamorada de mi tío. Si estás con él, no serás más que su amante desvergonzada. Podrías estar conmigo”.

“¿Estar contigo? ¡Nunca más volveré a ser abandonada el día de mi boda!”. Era suficiente experimentar este tipo de cosas una vez, y no tenía intención de pasar por eso por segunda vez.

La expresión de Howard se suavizó un poco. “Sé que aún me culpas por ello, y sé que te he acusado erróneamente a lo largo de los años. Pero si me das otra oportunidad, te compensaré por todo, ¿de acuerdo…?”.

“Olvídalo. Me resulta difícil darte la oportunidad”.

Su rechazo hizo que la expresión de él se volviera fría en un instante una vez más. “¿Prefieres ser la mujerzuela de mi tío que aceptar la boda que te estoy ofreciendo?”.