Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 335

“Manejé hasta el complejo ayer, pero a mitad de camino el coche se descompuso y me topé con él. Me estaba escoltando amablemente, pero inesperadamente nos encontramos con unos deslizamientos de tierra en el camino".

Al escuchar su explicación, Eugene reconoció lo que había sucedido: "Eso significa que realmente le debo un favor". Hizo una pausa breve y le dio unas palmaditas en el hombro. "No te preocupes por esto. Yo le devolveré ese favor para que no tengas que estar en deuda con él".

Sharon estaba confundida por su oferta y se rehusó: "No puedo dejar que hagas eso. Debo ser yo quien se encargue de devolverle el favor, en todo caso".

"¿Qué diferencia hay si eres tú o yo? Ya no te preocupes, está decidido", concluyó de inmediato por ella. En resumen, no le permitía tener nada que ver con Simon.

Sharon se sintió desconcertada al escuchar la conclusión repentina de Eugene. Si alguien más estuviera presente en ese momento, ciertamente habrían malentendido su relación al ver los sentimientos sobreprotectores de Eugene hacia ella. No era de extrañar que su segundo hermano la confundiera con su novia.

"Creo que no deberías preocuparte demasiado por mis asuntos personales, Eugene. Después de todo... Fuera de ser mi jefe, tú y yo somos simplemente amigos, en el mejor de los casos".

Eugene la miró. Se veía deprimido. "¿De verdad crees que somos solo amigos?".

Sharon levantó la cabeza para mirarlo, desconcertada. Ella no podía comprender lo que quería decir con eso. ¿Qué otro tipo de relación tenían?

Cuando ella estaba a punto de interrogarlo, él enderezó su cuerpo y dijo: "Ya que estás bien, entonces vámonos". Inmediatamente se dio la vuelta y salió de la sala.

La curiosidad de Sharon se despertó, pero tal vez estaba pensando demasiado al respecto. Después de todo, él siempre hablaba con mucha ambigüedad.

...

Después del trabajo, Sharon acababa de salir por la entrada de la empresa cuando un coche negro se acercó y se detuvo junto a ella.

Miró a su lado cuando se sorprendió al ver el coche estacionado a su lado. Tan pronto como bajó la ventana, su corazón pareció dar un vuelco al ver el rostro de Simon. ¿Por qué vino aquí de nuevo?

"¡Entra en el coche!", le ordenó con su voz profunda.

Sin embargo, esta vez, entró apresuradamente, temiendo que sus colegas la vieran.

Afortunadamente para ella, Simon no se quedó más tiempo e inmediatamente le pidió al conductor que acelerara.

Sharon suspiró aliviada mientras se desplomaba en el asiento del coche. Sin embargo, cuando volvió la cabeza para saludar a Simon, se encontró con el rostro sombrío del hombre, mirándola fríamente.