Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 362

La habitación estaba a oscuras sin luces encendidas, pero el olor del hombre le resultaba familiar a Sharon.

Entonces la voz grave del hombre sonó por encima de su cabeza. “Soy yo”.

¡En ese momento estaba segura de que se trataba de él, Simon!

Después de darse cuenta de que era él, la depresión que había estado conteniendo toda la noche estalló instantáneamente como un volcán. Ella dijo con frialdad: “Vete. ¡Suéltame!”.

El hombre le apretó las manos contra la puerta. Él también presionó su cuerpo contra el de la mujer, ¡y ella ni siquiera pudo luchar!

Las diferencias de fuerza entre los hombres y las mujeres hacían imposible que ella lo apartara.

Bajo la tenue luz, ella levantó la cabeza y lo miró con furia. “¡Te dije que me soltaras!”. Ella se sentía incómoda por todas partes con él tocándola.

Simon la miró de una manera absolutamente autoritaria. Él podía sentir la furia de la mujer, pero él también estaba molesto, y su alta figura se acercó a ella.

El fuerte olor masculino la envolvió, y el cálido aliento de ese hombre sopló en sus oídos con una amenazadora voz masculina. “¿Dijiste que estás saliendo con Eugene?”.

‘¿Me está cuestionando?’.

‘Qué gracioso. ¿Me está cuestionando incluso antes de que yo le pregunte?’.

“Sí, estoy saliendo con él... ¡Mm!”.

Antes de que ella pudiera terminar, el hombre ya no pudo controlar los celos que surgían en su corazón, y sus labios presionaron los de ella con fuerza.

“Mm, mm...”. Ella aún estaba luchando por resistir, pero el beso grosero y bárbaro la enfureció aún más.

‘Después de llegar a estas alturas, ¿quién es él para tratarme así? ¿Acaso es tan fácil que abusen de mí?’.

Con otra sonrisa burlona, ella ​​continuó diciendo: “Dime. ¿Estás tratando de tomar represalias contra mí siendo amable conmigo y salvando mi vida una y otra vez? ¿Estás tratando de hacer que me enamore perdidamente de ti y abandonarme después para jugar con mis sentimientos?”.

Ella respiró hondo, se tragó el dolor y continuó su discurso: “Si estás tratando de vengarte de mí por tu padre...”.

Una vez más, antes de que ella pudiera terminar, el hombre bajó la cabeza y volvió a cubrir los labios de la mujer, bloqueando todo lo que tenía que decir.

Sharon temblaba de ira y lo golpeaba con las manos. Él agarró la parte posterior de la cabeza de la mujer mientras sus labios se apretaban contra los de ella. Simplemente la amordazó así sin más movimiento.

Los labios del hombre no se fueron hasta que ella dejó de golpearlo con las manos por el cansancio, pero él la sostuvo en sus brazos y no la dejó irse.

Ella ya estaba cansada, sin fuerzas para meterse con él de nuevo. Ella dijo con cansancio: “¿Qué más quieres? ¿Cómo vas a acosarme de nuevo?”.

Él puso su cabeza en el hombro de la mujer, y abrazó el pequeño y suave cuerpo de ella. “No te acosé, no te traté como a un juguete ni jugué con tus sentimientos. Tú me importas mucho”.