Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 436

Jim empujó a Riley hacia el costado de su coche. Había abierto la puerta y estaba a punto de empujarla hacia el coche cuando ella se quitó la mano del hombre de encima.

“¿Qué diablos estás haciendo? Ya no te debo nada, ¿no es así?”, preguntó Riley, enojada. Ella se frotó la muñeca, que le dolía debido a como fue agarrada.

Jim la miró de reojo. "No depende de ti decidir si me debes algo o no. Si no hubieras dañado mi camisa, no me habría avergonzado delante de mi diosa. Tú eres la razón por la que mi propuesta fue un fracaso. ¿Cómo te atreves a echarme la culpa a mí?", preguntó.

Riley le dio un vistazo rápido después de escuchar lo que dijo y trató de aguantarse la risa. "Sí, claro, ¿no dijiste que esas mujeres estaban todas detrás de ti? Ya que eres tan encantador, ¿cómo podría fracasar tu propuesta? Parece que no todas las mujeres son ciegas”. Sonrió con suficiencia.

Ella tenía mucha curiosidad de saber acerca de esta tal diosa que él había mencionado. Si alguna vez tuviera la oportunidad de conocerla, la colmaría de elogios.

Jim resopló con irritación. “¡Fuiste tú quien lo arruinó todo! Las preferencias y estándares de mi diosa son extremadamente altos. ¡No puede tolerar un solo defecto! Sin embargo, ¡manchaste la camisa que planeaba usar cuando me confesara!", exclamó.

"Yo... ¿No me ocupé de eso por ti? ¿No quedó bien?", preguntó ella. En ese caso, su diosa debe estar loca.

"¡En cualquier caso, debes hacerte responsable de esto!", dijo Jim. La agarró y la empujó hacia el coche con fuerza.

“¡Oye, oye, ¿qué te pasa?! ¿Responsable de qué?".

Veinte minutos después, Riley había sido llevada a la fuerza a un restaurante occidental.

Finalmente liberándose de las manos del hombre, Riley lo miró fijamente mientras se frotaba el brazo. “¿Por qué me trajiste aquí? ¿Quieres llevarme a una cita?", preguntó ella.

Jim se burló. "¿Cita? Incluso si quisiera tener una cita, no invitaría a salir a una mujer como tú", dijo él mientras la miraba con aire crítico. Su mirada estaba llena de asco.

Riley frunció el ceño. "¿Qué hay de malo con una mujer como yo? Dime claramente lo que quieres decir”, dijo ella.

Jim le dio una mirada de arriba a abajo de nuevo. Sus labios se curvaron para formar una sonrisa juguetona cuando dijo: "No eres interesante ni atractiva. Tampoco tienes un buen cuerpo. Eres una mujer sin nada que ofrecer", dijo él.

"Tú...". Riley apretó los dientes con ira. ¡Quería destrozarlo!

El rostro de ella estaba rojo de enfado. Jim pensó que se veía bastante linda cuando estaba enojada.

Riley hizo un puchero. Él solo la estaba usando como fachada para ahuyentar a mujeres problemáticas. ¿Cómo podía fallar en completar una tarea tan fácil?

Poco después, una mujer se acercó a ellos.

Ella tenía el pelo lacio, largo y oscuro, y maquillaje claro. Al contrario de lo que Riley había esperado, parecía una joven pura e inocente.

¿Este era el tipo de mujeres que le gustaban a ese hombre? Sus preferencias eran completamente diferentes de lo que ella había imaginado.

"Por favor, siéntate, Lola", dijo Jim.

La mujer llamada Lola quería sentarse a su lado. Sin embargo, Riley ya estaba sentada a su lado, por lo que no tuvo más remedio que reprimir su irritación y tomar asiento frente a ellos.

“Jim, ¿quién es ella? ¿Una nueva amiga?”, preguntó Lola mientras miraba con curiosidad a Riley. Su mirada estaba llena de hostilidad.