Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 589

”Apúrate y vete. No tienes derecho a decirme qué hacer". Simon frunció el ceño con disgusto.

Xena seguía sonriendo. "Está bien, me retiro".

Al salir de la casa, la sonrisa en el rostro de Xena se desvaneció de inmediato. Ella se dio la vuelta y miró fríamente a la puerta.

‘¡Puede que me estés echando ahora, pero un día, no podrás volver a apartarte de mi lado!’.

"Ven aquí". Simon se acercó y sujetó a Sharon por la cintura. Su expresión era totalmente diferente a la de un momento atrás, y sus ojos tenían una mirada amable.

Sharon se cruzó de brazos y lo miró con una sonrisa vaga. Ella arqueó las cejas y dijo en un tono desagradable: "¿Por qué no le pediste a tu asistente que se quedara a comer? Ya que está taaan preocupada por ti".

Los ojos de Simon adquirieron una mirada sombría cuando miró a Sharon, y la corrigió con seriedad: "Ella es solo una simple asistente que mi hermana consiguió para ayudarme a manejar asuntos triviales. No es mi asistente personal".

Sharon sonrió cuando lo escuchó. “¿Asuntos triviales? Si escucha eso, se pondrá muy triste".

"Solo digo la verdad". El hombre se encogió de hombros, sin preocuparse en absoluto de si Xena estaría triste o no.

"Mami, papi, ¿podemos comer ya?". Sebastian se había lavado las manos y ya estaba esperándolos sentado en la mesa del comedor.

"Muy bien, hora de comer".

También se sentaron, y Sharon le quitó el bistec a Simon. "¿Por qué no me dijiste que tu estómago no estaba bien? No deberías comer esto entonces, ¿no crees?".

“¿De verdad te preocuparía si mi estómago no estuviera bien? En lo único que piensas es en lo que quiere comer tu hijo".

‘¿Se está quejando?’.

Sharon le tocó la cabeza como si estuviera consintiendo a un niño. "Muy bien, ¿no te prometí que cocinaré algo especialmente para ti la próxima vez?".

"¡Ustedes me están arruinando el apetito!". Sebastian miró atónito a sus padres.

"¿Qué ocurre?", preguntó ella en voz baja, sintiendo que algo no estaba bien con Simon.

"Mi estómago no se siente muy bien", susurró Simon.

Sharon colgó rápidamente la ropa en sus manos en el armario y se dio la vuelta para mirarlo. "¿Tu estómago no se siente bien? ¿Acaso fue por lo que comiste? ¿Has tomado tus medicamentos?".

Simon negó con la cabeza. "No".

"¿Por qué no los tomas?".

"Estoy esperando que me los traigas".

‘¡¿Cómo se atreve a decir eso tan tranquilo?!’.