Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 618

No podía considerarse que Eugene había hablado en voz alta de ninguna manera, pero aún así, Fern estaba ahogada por el tono frío de esta.

Ella lo miró con furia sin hacer ningún sonido, pero su ira fue reprimida en su pecho.

Rue no entendía por qué de repente habían comenzado a pelear, así que tiró con cuidado de la manga de su madre y dijo en voz baja: “No te enojes, mamá. Fue mi culpa. Le insistí al tío para que me invitara a comer. No lo culpes por eso”.

Eugene miró a la pequeña niña. Incluso a estas alturas, ella aún estaba hablando bien de él y estaba asumiendo la responsabilidad de todo. Su consideración hacía que fuera imposible no quererla.

Fern conocía bien la personalidad de su hija. Sin embargo, ¿Eugene solo la había invitado a una comida dos veces y ella ya estaba defendiéndolo?

Ella no quería tener una discusión con Eugene frente a su hija, así que simplemente se dio la vuelta y se fue con la pequeña sin prestarle atención al hombre.

¡Era simplemente imposible comprender a ese hombre!

Sin embargo, tan pronto como ella dio un paso adelante, ¡Eugene extendió los brazos y le quitó a la niña!

Una vez que Fern sintió los brazos vacíos, ¡tuvo la sensación de que su hija ya no le pertenecía!

Ella se dio la vuelta y entonces vio a Eugene caminando en la dirección opuesta con su hija. Sus pupilas se encogieron de inmediato, y el primer pensamiento que se le vino a la mente fue que él quería robarle a su hija.

Fern perdió la cabeza y lo persiguió mientras gritaba: “¡¿Eugene, qué estás haciendo?! ¡Devuélveme a mi hija!”.

Eugene fue directamente al coche con Rue en sus brazos y abrió la puerta para dejar a la niña adentro. “Quédate aquí, Rue. Me gustaría hablar a solas con tu madre”.

Rue no sabía qué estaba causando la discusión entre ellos dos, pero se dio cuenta de que él no era una mala persona y simplemente asintió. “Ah, está bien”.

Eugene le acarició la cabeza a la pequeña para calmarla. Una vez que Fern finalmente los alcanzó, Eugene cerró la puerta del coche de inmediato.

Fern estaba ansiosa por recuperar a su hija, ¡pero el hombre alto estaba parado frente al coche, bloqueándole el camino!

“¡¿Qué quieres, Eugene?!”. Ella estaba jadeando levemente por la carrera de antes. ¡Nunca había conocido a un hombre tan desvergonzado en su vida!