Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 655

“Las cosas han llegado hasta este punto, ¡¿pero aún eres capaz de echarte a reír?! ¡Eres realmente un ser humano despiadado! ¡Yo no tengo un hermano como tú!”, dijo Eugene con enojo.

“No esperaba... no esperaba... que, a pesar de todo, volvería a perder”. Era como si Austin murmurara para sí mismo. Luego miró a Eugene con frialdad y dijo sin piedad: “¿Por qué no me dejas tomar el puesto del jefe de la familia? ¿Qué tienes tú que no tenga yo? ¿Es solo porque estoy discapacitado?”.

Él estuvo tan cerca de convertirse en el jefe de la familia. ¡No estaba satisfecho!

La mirada de Eugene se volvió sombría. “Podrías luchar de manera justa si quisieras ser el jefe de la familia. ¡No deberías haber intentado conseguirlo usando un método deshonesto!”.

“¡Vete a la m*erda! No vengas a decirme nada sobre ser justo. En este mundo, ¡no existe tal cosa como la justicia!”. El rostro de Austin se puso rígido y rugió suavemente: “Desde el momento en que naciste, estabas destinado a ser el heredero. ¿Cuál es el punto de que yo sea el segundo hermano mayor? A los ojos del anciano, ¡sigo siendo solo una persona discapacitada!”.

Germaine se sintió agraviada y triste cuando escuchó a Austin hablar tan mal de sí mismo. “Deja de decir eso, Aus… Vámonos, solo vayámonos…”. Ella pensó que aún tendría la oportunidad en el futuro. Fallar esta vez no significaba que fallarían la próxima vez.

“¿Irse?”. Quinn resopló con frialdad y los miró a ambos con frialdad. “¿Creen que aún pueden irse de este lugar?”.

Una mirada asesina apareció en los ojos de Austin mientras decía con frialdad: “Nunca pensé en irme...”. Él tocó la pistola en su bolsillo y estaba a punto de sacarla...

Otra persona entró corriendo por la puerta. “Oye... ¿Por qué están todos aquí?”.

Al escuchar esa voz, Sharon sintió un pellizco en el corazón. Se dio la vuelta y vio a su madre, que se suponía que estaba encerrada en el Jardín de Bambú. ¡Ella no tenía idea de por qué su madre estaba allí de repente en ese momento!

“Mamá...”, gritó Sharon.

Autumn miró en su dirección cuando escuchó la voz de su hija. Tan pronto vio a su hija, la sonrisa en su rostro se hizo más amplia y caminó hacia ella. “Sienna, hice un nuevo perfume. ¿Quieres olerlo? Ven y sígueme”.

Ella extendió la mano para tirar de Sharon, pero ver que estaba en una silla de ruedas la hizo fruncir el ceño. “¿Qué te pasa? ¿Por qué estás en una silla de ruedas? ¿Tienes las piernas heridas? ¿No me digas que eres como Aus que tuvo tanta mala suerte y se rompió las piernas?”.

‘Ella recuerda cómo Austin se rompió las piernas...’.