Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 686

Simon estaba a punto de ordenarle a los cocineros que prepararan un desayuno diferente para Summer cuando ella rechazó su oferta diciendo: "No es necesario. Igual no tengo apetito, así que no comeré nada”.

"No puedes hacer eso. Al menos debes comer algo. Además, necesitas tener algo en el estómago antes de tomar el yate más tarde”, dijo Simon. Estaba siendo más entrometido que de costumbre porque ella estaba embarazada. Incluso si ella no tenía ganas de comer, su hijo tenía que comer algo.

Sharon los miró. Sabía que Simon tenía una amistad excepcional con Summer. No era de extrañar que ella hubiera malentendido su relación en el pasado.

Como de costumbre, Joey tenía una expresión fría en su rostro. “Necesitas desayunar. Te prepararé algo", insistió él con voz firme.

Le pidió al camarero que lo llevara a la cocina. Summer no pudo detenerlo.

“Guau, tía Summer, ese guardaespaldas es realmente asombroso. Él puede protegerte y cocinar para ti también. ¿Hay algo que no haga?”, comentó Sebastian.

Summer miró fijamente en la dirección en la que se había ido Joey. Un tenue brillo cruzó por sus ojos. "Creo que él realmente es capaz de hacer de todo", dijo ella en voz baja.

“Papá, ¿ves eso? Tienes que aprender de él”. Sebastian se dio la vuelta para regañar a su padre mientras disfrutaba de su langosta.

Simon le lanzó una mirada de reojo. "No vuelvas a pedirle a tu mamá que se acueste contigo por la noche", dijo el hombre en un tono indiferente.

"¿Por qué no puedo dormir con mami? Tú también dormiste con ella, ¿no es así?”, respondió Sebastian de inmediato.

Sharon estaba más que avergonzada. ¿Tenían que discutir sobre esto frente a tanta gente?

Riley se rio a carcajadas antes de que Sharon pudiera decir algo para detener su discusión.

"Ja, ja... Sebastian, ya eres un niño grande. ¿Por qué todavía necesitas que tu mami duerma contigo?", preguntó Riley.

"Solo tengo siete años. Todavía no soy un niño grande. ¡Papi tiene 30 años y todavía necesita que mami duerma con él!", exclamó Sebastian. No era él quien debería avergonzarse por ello, pensaba el pequeño.

Riley sonrió ambiguamente y dijo: "Tienes razón".

Sharon tomó un gran trozo de langosta y se lo puso en la boca a su hijo. “Sigue comiendo y no digas tonterías", dijo ella.

Sebastian hizo un puchero. Los adultos no hacían más que meterse con los niños. Resopló molesto y colocó una langosta grande frente a Summer. “Tía Summer, esta langosta está deliciosa. Solo prueba un poco y lo sabrás", dijo.