Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 732

Simon tenía razón. Los secuestradores de Sharon no se habían ido tan pronto y las personas que envió a buscarla lograron encontrar el yate a unos diez kilómetros de la isla.

No encontraron a los secuestradores en el yate. Solo Sharon, quien estaba inconsciente, estaba allí.

Simon todavía estaba vestido con su atuendo de boda cuando se acercó apresuradamente. Su postura era rígida, y su atractivo rostro tenía una expresión sombría.

En una de las habitaciones del yate, Sharon estaba acostada en el suelo, con ambas manos atadas a la espalda.

En el momento en que entró y vio lo silenciosa que estaba, el recuerdo de los secuestradores inyectando algo de líquido en ella inundó la mente de Simon. Su corazón se tensó, y su respiración se volvió más cautelosa.

Paso a paso, él se acercó a ella. Se agachó y la tomó en sus brazos. Le dijo en voz baja: "Shar...".

Trató de tomarle la temperatura corporal, al mismo tiempo que buscaba su respiración y latidos del corazón. Ella estaba viva. Sin embargo, no sabía si debía dejar de preocuparse.

Tenía que ser llevada al hospital de inmediato. ¿Quién sabía qué le habían inyectado esos secuestradores locos?

La expresión del hombre era sombría. Él la cargó de inmediato y salió con grandes pasos. Él bajó la cabeza y le susurró mientras le daba un beso en la frente: "Shar, no dejaré que nada te pase, no lo haré...".

Una vez fuera de la habitación, le ordenó a sus subordinados: "No me importa si tienen que buscarlos en el fin del mundo, ¡quiero que todos me traigan a los secuestradores!".

Él no dejaría impunes a los que se atrevieran a tocar a su mujer. ¡Les haría pagar un precio muy alto!

Simon estaba a punto de llevar a Sharon a su yate cuando algunos de sus subordinados salieron corriendo del yate para informarle: "Señor Zachary, encontramos a otra persona".

Los ojos de águila de Simon se llenaron de frialdad. "¿Quién es?".

"Es el Joven Amo Howard".

Justo cuando su subordinado dijo esto, vio a otros dos apoyando a Howard. Su ropa estaba desgarrada y tenía manchas de sangre. Su nariz estaba púrpura, mientras que su rostro estaba hinchado. Ni siquiera podía caminar correctamente. Parecía que le habían dado una paliza.