Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 762

Howard estaba en el jardín de su villa, mientras que Sharon estaba sentada en una silla de ruedas. La niñera la había sacado a dar un paseo.

El antídoto formulado por Darren fue realmente efectivo. Después de tomarlo, ella se sintió mucho mejor.

Sin embargo, él dijo que el antídoto solo podía suprimir los efectos del veneno por el momento. No podía neutralizar por completo el veneno.

Él aún tenía que formular un antídoto que fuera capaz de neutralizar por completo el veneno de su cuerpo. Por lo tanto, ella tenía que tomar el mismo antídoto cada 15 días.

“Mami...”, llamó alguien mientras una ráfaga de pasos se dirigía hacia ella.

Sharon, quien inicialmente estaba deprimida, se animó instantáneamente después de escuchar esta voz. Ella se dio la vuelta para ver de dónde venía la voz. ¡De verdad era su hijo!

“Sebastian...”, gritó ella. El abatimiento que había sentido en los últimos días desapareció tan ronto su hijo apareció ante sus ojos.

Sebastian se acercó corriendo a ella. Él estaba a punto de saltar a los brazos de su madre, pero sintió lástima cuando vio el rostro pálido y la tez enfermiza de esta. Él levantó la mano para tocarla en el rostro.

“Mami, ¿por qué has adelgazado tanto? ¿Es porque papi te rompió el corazón?”, preguntó el pequeño. Él se enojó cuando mencionó al cabrón de su padre.

Sharon permaneció en silencio. Ella bajó su mirada y dijo en voz baja: “No tiene nada que ver con él. Simplemente no me siento bien”.

Ella no quería admitirlo, pero sabía que aunque el veneno había estado atacando su cuerpo, su mala salud mental era causada por las heridas que Simon le había infligido.

Su forma de hacer las cosas era demasiado cruel y despiadada. Estaba bien si él les había sugerido que se casaran solo para vengarse de ella, ¡pero incluso se apresuró a conseguir un certificado de matrimonio tras lograr su objetivo!

Desde el principio hasta el final, él había estado jugando con ella. ¡La había engañado por completo!

Ella nunca más se volvería a enamorar de un hombre.

“No te creo. Papi debe haber hecho daño. Debe haberte molestado”, dijo Sebastian. Él no era tonto. Se dio cuenta de que ella estaba mintiendo con solo mirarla.