Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 781

Los secuestradores recibieron una llamada cuando terminaron de beber y comer.

"No te preocupes. Ya tenemos al niño en nuestras manos. Solo tenemos que pensar en una manera de deshacernos de él... Sí, sí, lo haremos de manera sutil. Está bien, no te preocupes, no dejaremos ningún rastro".

Parecía que esta persona había contratado a los secuestradores y les había ordenado asesinar a Sebastian.

Sebastian había cortado la cuerda alrededor de sus muñecas y ya estaba desatando la cuerda alrededor de sus piernas. Pero seguía sin entender, ¿quién querría asesinarlo?

Él era solo un niño pequeño. ¿Quién podía odiarlo tanto?

Después de colgar la llamada, uno de los secuestradores se dio la vuelta y se dio cuenta de que Sebastian estaba intentando escapar.

“¡M*erda! ¡Ese pequeño bribón está tratando de escapar! ¡Atrápalo de una vez!". El niño era bastante hábil. ¡Incluso se atrevía a intentar escapar ante sus ojos!

Los dos secuestradores empezaron a perseguirlo, pero Sebastian echó a correr instintivamente. ¡No podía permitir que lo capturaran!

“¡Pequeño bastardo! ¡Detente ahí! ¡Te romperé las piernas después de atraparte!", gritaron los secuestradores enojados mientras corrían tras él.

Estaban en una fábrica abandonada. Sebastian bajó corriendo unas escaleras sin barandillas de seguridad. Solo tenía un pensamiento en ese momento: no podía ser atrapado. No quería ser un problema para su mami...

Los secuestradores estaban arriesgando sus vidas para capturarlo. ¡Saltaron desde el piso de arriba y lo taclearon contra el suelo!

"¡Así que querías correr! ¡Quiero verte correr después de que te rompa las piernas!", gritó uno de los secuestradores mientras presionaba el pequeño cuerpo de Sebastian contra el suelo. Él agarró un ladrillo e intentó azotarlo contra la pierna del pequeño de inmediato.

El otro secuestrador lo detuvo al instante. "¡Para! ¡No podemos tocarlo antes de obtener el rescate!", gritó él.

“¡Matones descarados! Mátenme si quieren. ¡No dejaré que reciban ni una moneda por el rescate!", gritó Sebastian con furia.

“Pff, sabemos quién es tu padre. Es tan rico que no le hará falta. Ya está retirando el dinero para rescatarte".

"Corté lazos con él hace mucho tiempo. No es mi padre. No me rescatará, ¡así que deja de soñar!".

El secuestrador se enojó después de escuchar lo que dijo. Le dio una bofetada a Sebastian en la cara y le gritó: "¡Si no conseguimos el dinero, te mataremos!".

"¡Ayyy!". El secuestrador gimió de dolor de repente.

"No creo que podamos escapar de esto...".

"¡Cállate, tonto!".

Sharon y Simon condujeron hasta el lugar indicado por los secuestradores con el dinero.

"¿Dónde está él? ¡Hemos traído el dinero aquí!", gritó Sharon dentro del edificio abandonado.

Dos siluetas aparecieron de entre las sombras en el tercer piso. Eran los secuestradores, y llevaban a su hijo.

“¿Sebastian? ¿Cómo estás, Sebastian?”, preguntó Sharon con ansiedad. Como si fuera por reflejo, ella intentó subir las escaleras, pero Simon la detuvo.

Ella volvió en sí. Todavía no podían...

“¿Qué le pasó a mi hijo? ¿Por qué no dice nada?", preguntó Sharon. Sintió que algo estaba mal. La cabeza de Sebastian estaba ladeada hacia un lado y no les respondía en absoluto.

"Está inconsciente. Danos el dinero y te lo devolveremos".