Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 784

Sharon se mantuvo en vela en la sala, vigilando a su hijo. Lo había estado cuidando durante tres días y tres noches. Luego de este tiempo, finalmente, el niño abrió los ojos y se despertó.

"Mami, me duele...". El niño, que siempre se mostraba fuerte, no quería más que el amor de su madre en el momento en que la vio.

"¿Dónde te duele? ¿Es por las heridas? No te muevas. Voy a llamar al doctor para que te vea". Sharon estaba muy nerviosa.

"No es necesario. Me duele un poco, pero no tanto".

"¿Cómo voy a correr ese riesgo? Es mejor que un doctor te eche un vistazo".

"No te vayas, mami. Ahora mismo, solo quiero mirarte". Era raro que Sebastian actuara de una manera mimada con Sharon.

El corazón de Sharon se derritió. "Está bien, no me iré. Me quedaré aquí y te haré compañía. Avísame si te sientes incómodo en algún lugar".

Sebastian asintió y luego preguntó: "Mami, ¿fuiste tú quien trajo el dinero para salvarme?".

"Bueno... Fuimos tu papi y yo. Él proporcionó parte del dinero".

"¿El idiota de mi papi? ¿De verdad vino a rescatarme?". A Sebastian le costaba creerlo. Fue Simon quien afirmó que no quería un hijo como él y que tendría otros hijos en el futuro.

Pero Sharon asintió de nuevo. "Mmjm, así es".

"Psch, incluso si me salvó, nunca lo perdonaré". Puso una cara de enojo a propósito.

"¿Por qué?", preguntó Sharon con perplejidad.

"¡Te traicionó! Casarse con otra mujer es un crimen imperdonable".

Sharon notó el evidente cambio en los ojos de Sebastian al escuchar que su padre había ido a rescatarlo. 'Debería querer perdonar a su papá, pero…’.

‘Cortar lazos no cambiará el hecho de que son padre e hijo. Además, no tienen que convertirse en enemigos el uno del otro solo por mí’.

Pero ya que Simon se había casado con Xena y quería tener hijos con ella en el futuro, Sebastian pasaría por muchos problemas si seguía quedándose con su padre.

Simon entrecerró los ojos. '¡Qué mocoso tan desalmado!'.

"¿Y por qué tendría que aceptar que me devolvieran el dinero? Ustedes tendrán que deberme este favor". Insistió en que estarían en deuda con él.

"Ya que lo está poniendo de esa manera, entonces no te lo devolveremos, te guste o no". Sebastian no se inmutó.

El rostro deslumbrante de Simon adquirió una expresión sombría. Si Sebastian no estuviera en una cama de hospital en ese momento, ya lo habría golpeado en el trasero.

"Está bien, te acabas de despertar. Deja de hablar tanto o te van a empezar a doler tus heridas". Sharon llegó a tiempo de detenerlos a ambos; de lo contrario, la discusión continuaría para siempre.

"Mami, me muero de hambre", dijo Sebastian de forma lastimera.

"Iré a comprar algo para que comas".

"¡Genial! Quiero comer albóndigas, lasaña, pollo frito...". El pequeño comenzó a enumerar rápidamente algunos platos.