De repente, Simon comenzó a acercarse mucho a ella. Sus ojos hundidos la miraban fijamente, y sus labios se curvaron para formar una vaga sonrisa. "¿No me digas que estás avergonzada?". Antes de que Sharon pudiera siquiera responder, Simon agregó: "Ya hemos sido una pareja por mucho tiempo, ¿por qué sigues sintiéndote así?", dijo antes de que su sonrisa se hiciera más amplia. "Aunque también estuvimos separados durante bastante tiempo, así que es normal que seas algo tímida". Simon estaba siendo comprensivo, ya que Sharon siempre se sonrojaba fácilmente.
"¿A quién… a quién llamas tímida?", dijo Sharon sin pensar, pero se arrepintió justo después de decir estas palabras. Debería haberlo admitido; de esta forma, tal vez Simon habría ido a buscar una enfermera u otra persona que la pudiera ayudar.
"¿No eres tímida? ¿Entonces piensas que soy un inútil y que no puedo cuidar de ti?".
"No quise decir eso…".
"Entonces no es necesario buscar a ninguna enfermera. Yo te ayudaré", agregó el hombre rápidamente. Sharon abrió la boca, pero se dio cuenta de que no se atrevía a rechazarlo. Ella no esperaba que él quisiera hacerse cargo de algo como esto, y no tuvo las agallas para mirar a Simon. Ella apartó la mirada mientras se mordía suavemente los labios y sintió que su cuerpo se tensaba. Simon lo encontró divertido y dijo: "Relájate un poco".
Sharon se dio la vuelta para mirarlo cuando lo escuchó. Dejó escapar una tos suave antes de decir: "Solo… tengo miedo de que veas la herida en mi cuerpo...". Esta era una excusa barata, ya que su herida estaba vendada y Simon no podría verla, de todos modos.
Simon no la confrontó, y solo se quedó mirándola pensativamente. "No me importa. No importa cuántas heridas tengas en tu cuerpo, nunca me molestará". A él solo le importaba Sharon.
La repentina confesión de Simon hizo que Sharon se sintiera cohibida e inquieta en su corazón. "Entonces debes tener cuidado de no tocar mi herida. Tengo miedo de que me duela mucho".
Era raro que Sharon actuara de forma coqueta con Simon, por lo que los ojos de él se nublaron y su garganta se sintió bastante seca. "Deja de intentar seducirme".
Sharon parpadeó inocentemente. "No estoy intentando seducirte. Estás pensando demasiado en las cosas", dijo antes de taparse la boca y cerrar los ojos. "Por favor, hazlo rápido". Sharon estaba apenada por su situación actual, y no quería incomodar más a Simon.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Ten cuidado, mi papá CEO