Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 934

Había otra cama en la sala, y Simon se acostó sobre ella. Ya que la cama era demasiado pequeña y no podían dormir juntos, tener a Simon durmiendo en la otra cama podría considerarse como dormir juntos. La otra cama fue colocada cerca de la de ella, tan cerca que podría agarrar su mano si simplemente extendiera la de ella.

Ambos se tomaron de las manos, y Sharon se aferró al hombre como si tuviera miedo de que Simon se fuera antes de que ella abriera los ojos. "Bueno, voy a dormir. Buenas noches", dijo ella mientras recostaba su cabeza.

"Buenas noches", respondió Simon mientras agarraba la mano de la mujer y le besaba el dorso de la misma. Se quedó mirándola en silencio hasta que se quedó dormida, y siguió sosteniendo su mano hasta que, finalmente, él también cerró los ojos.

Pero justo cuando Simon estaba a punto de quedarse dormido, percibió un olor muy extraño. Quería abrir los ojos para echar un vistazo a lo que estaba pasando, pero se sentía somnoliento y no pudo evitar quedarse dormido. Los guardias de seguridad en la entrada de la sala también sintieron el extraño olor, pero no pudieron evitar quedarse dormidos sin previo aviso.

Inmediatamente después, apareció Tammy, sentada en una silla de ruedas y siendo empujada por Jesse. Miró a los guardias de seguridad tirados en el suelo con frialdad y les dedicó una sonrisa fría y desdeñosa. ‘¿Qué podrían hacer dos simples guardias para detenerme?’, pensó. “Abre la puerta y empújame adentro”, le ordenó a Jesse, pero el hombre tenía una mirada preocupada.

Jesse no estaba seguro de lo que Tammy estaba tramando, pero estaba seguro de que no era nada bueno, ya que ella también le había ordenado que saliera a comprar gasolina. "Todavía está muy herida, señorita Tammy. Si quiere ver al señor Henry, podría llevarlo hasta su sala. ¿Por qué molestarse en venir aquí personalmente y torturarse?". Jesse intentó aconsejarle que regresara a su habitación.

Efectivamente, Tammy estaba sintiendo un dolor intenso en su herida. De acuerdo al médico, debía mantenerse descansando en su cama de hospital, todo lo contrario a lo que hacía en ese momento. Sin embargo, ella no podía esperar más. La idea de que Henry le hiciera compañía a Sienna hizo que sintiera la urgencia de matarla de inmediato en un intento de que Simon volviera a su lado.

Como si Jesse hubiera le hubiera leído la mente, le aconsejó con vacilación: "Señorita Tammy, creo que es mejor si la llevo de vuelta a la sala. Es mejor no hacer esto...".

"¡Cállate! ¿Desde cuándo tienes derecho a cuestionar mis acciones?", respondió Tammy con irritación. Le tendió la mano y repitió: "¡Dámelo!".

Jesse tenía una mirada preocupada. "Señorita Tammy…". Él solo estaba pensando en el bien de su jefa.