Resumo do capítulo Capítulo 939 do livro Ten cuidado, mi papá CEO de Internet
Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 939, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance Ten cuidado, mi papá CEO. Com a escrita envolvente de Internet, esta obra-prima do gênero Amor continua a emocionar e surpreender a cada página.
Eugene escuchó los gritos de Jesse y maldijo para sus adentros. ¡Preferiría quedarse ciego antes de tener que ver esto! Sin pensarlo, levantó la mano para cubrir los ojos de Sebastian y así evitar que mirara.
"¿Por qué me tapas los ojos, tío?", dijo el niño.
"Hay cosas que no debes mirar". Apenas dijo esto, Eugene hizo girar a Sebastian de inmediato. Se dio la vuelta en dirección de Sharon y dijo: "Shar, parece que Tammy no te lastimó. Conseguiré que te asignen una nueva habitación. Deberías tratar de descansar un poco".
Sharon todavía estaba un poco distraída. Estaba exhausta después del caos de esa noche, y para colmo, su herida se había reabierto, por lo que tendría que molestar al doctor para que la revisara más tarde.
Simon apartó la mirada del cadáver de Tammy. Luego le ordenó a sus hombres: "Reúnan a algunos hombres y entiérrenla como es debido". Era una muestra de agradecimiento, una forma de saldar cuentas con Tammy.
Debido a que Simon le había ordenado a Claude que le llevara personalmente las cenizas de Franky a su familia, no había nadie para detener a Tammy esa noche. De lo contrario, tal cosa no habría sucedido. Se tranquilizó y miró a Sharon antes de tomar su mano y preguntarle: "¿Asustada?".
Sharon bajó la cabeza para mirar a Simon y asintió. "Un poco".
"La próxima vez, me aseguraré de acompañarte siempre durante la noche". Simon temía que el terror se quedara con ella. "Vamos. Haremos que un doctor le ponga una venda a tu herida". Simon todavía estaba preocupado por la herida de Sharon.
"Está bien". Sharon no se atrevió a mirar el cadáver de Tammy, y se dieron la vuelta para irse.
Por otro lado, Jesse había sido testigo de la muerte de la señorita Tammy, por lo que no podía soportar ver a Sharon y Simon sanos y salvos. Tammy había ayudado mucho a Jesse, ¡así que juró vengarse en nombre de ella!
El hombre todavía escondía el cuchillo con el que Tammy le había ordenado desfigurar a Sharon, así que lo sacó y corrió hacia la mujer. "¡Te voy a matar, y así la Señorita Tammy podrá descansar en paz!". ¡Nadie esperaba que Jesse corriera repentinamente hacia ellos en un intento de asesinar a Sharon! Sin embargo, cuando Jesse estaba a poca distancia de ella, ¡Eugene lo pateó y lo hizo caer al suelo!
Sharon y Simon se dieron la vuelta. Jesse no estaba dispuesto a rendirse todavía y siguió mirando a Sharon mientras agarraba el cuchillo con fuerza. "Te voy a matar...".
Simon frunció el ceño, y sus ojos estaban completamente fríos. Él entonces dijo con un tono severo: "¿Y qué te hace creer que puedes ponerle un dedo encima sin mí permiso?".
"Señor Henry, ¡la señorita Tammy lo amaba, y usted la defraudó! Ella murió en vano, ¡así que no lo dejará en paz, incluso desde el más allá!", rugió Jesse.
"Llévenlo a la comisaría. Dígales a los policías que deben acusarlo de intento de asesinato", le dijo Simon a sus hombres.
"¡Señor Henry! ¡Se arrepentirá de esto! ¡Le falló a la señorita Tammy, así que no tendrá descanso!". Jesse fue llevado a la fuerza mientras seguía maldiciendo. Sharon escuchó las palabras del hombre y sintió una sensación muy desagradable en el fondo de su corazón. Estaba extremadamente frustrada.
"Deja de perderte en tus pensamientos”. Era como si Simon le hubiera leído la mente. "Deberías ignorar lo que personas como él digan", dijo Eugene.
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