Tener hijo con mi mejor amigo romance Capítulo 12

Punto de vista de Kelly

"Sr. Anderson, señorita Monroe: La reunión comenzará en 5 minutos.”

Asentí a mi asistente y miré a Pierce, quien estaba detrás de mí. Su frente todavía estaba arrugada y me miraba fijamente a la cara. Parecía confundido, aunque todavía enojado. No sé por qué odiaba a Chris. Incluso cuando estábamos en la universidad, lo odiaba. Chris era un buen hombre. Aceptó mi decisión cuando lo rechacé y no me guardaba rencor. Él me entendió.

Sacudiendo la cabeza, le di la espalda a Pierce y comencé a caminar hacia la sala de conferencias. Sentí que me seguía, pero no miré hacia atrás.

La reunión comenzó justo después de nuestra llegada. Todos estaban serios y en silencio y, sin embargo, aquí estaba Pierce, que seguía enviándome mensajes. Todavía seguía tratando de convencerme de que rechazara a Chris y eso me molestó mucho.

Él no tenía derecho a gobernar mi vida. Era mi mejor amigo, pero también era mi exmarido y eso significaba que ya no tenía voz ni voto en mi vida personal. Necesitaba trazar una línea de limitación en nuestra relación. Él simplemente no entendía lo que estaba pasando.

Después de la reunión, Pierce volvió a hacerlo. Me agarró del brazo en medio del pasillo, ignorando a las personas que nos miraban. Aunque sabía que no lo harían con malicia, dada nuestra situación, porque todos sabían que éramos mejores amigos.

"Kelly, tienes que escucharme."

"¿Por qué estás tan desesperado por controlar mi relación, Pierce?" Pregunté, susurrándole al oído mientras lo miraba fijamente.

"No te estoy controlando."

"¡Sí, lo estás haciendo!"

Sacudió la cabeza. "Él no me gusta él para ti. No salgas con él."

"¿Qué pasa si te digo que a mí tampoco me gusta Lexi? ¿Seguirás saliendo con ella?"

Sus labios se separaron mientras lentamente soltaba mi brazo. Ahora estábamos hablando.

Siseé y le di la espalda. Me dirigí al baño porque de repente me sentí mareada. Probablemente porque se acercó tanto a mí que pude oler su loción. ¡Dios! Nuestro bebé se vería exactamente como una copia de él.

Entré al cubículo y me senté en el inodoro, tratando de calmarme. Cerré los ojos con fuerza y ​​me masajeé la sien cuando escuché que alguien abría la puerta del baño.

Estaba planeando ignorarlo porque sabía que podría ser solo una empleada, pero el sonido de los zapatos no sonaba como zapatos de mujer. Mi frente se arrugó. ¿Pierce me había seguido hasta allí? ¡Era el baño de mujeres!

"¿Qué estás haciendo, Pierce?", pregunté molesta, cuando escuché los pasos acercándose hacia el último cubículo, donde yo me encontraba.

Los pasos se detuvieron y, extrañamente, me sentí nerviosa. No sabía por qué aquello me pareció de pronto tan espeluznante. Sentí como si estuviera en una película de suspenso y alguien me estuviera esperando afuera para matarme.

Tragué fuerte mientras abría lentamente el cubículo. Salté de la sorpresa cuando vi a un conserje parado junto a la entrada del baño, como si esperara a que yo saliera.

Inmediatamente inclinó la cabeza. "Lo siento, señorita Monroe. Pensé que no había nadie dentro."

Solo asentí con la cabeza antes de lavarme las manos en el fregadero. Seguí mirándolo desde el espejo porque sentía que sus miradas eran espeluznantes. Creo que tenía la misma edad que Pierce. No sonreía y tenía los ojos en blanco, algo que lo hacía atemorizante.

Lo enfrenté después de lavarme las manos. "¿Es nuevo aquí?"

Él asintió. "Sí. Empecé la semana pasada."

Asentí mientras mis ojos examinaban todo su cuerpo. "¿No le informó su superior que el personal de limpieza está programado para limpiar después del trabajo de oficina, no durante el horario de oficina?"

Inclinó la cabeza y sentí que había un brillo de sarcasmo en sus ojos. ¿Por qué sentía que esta persona escondía algo?