Tener hijo con mi mejor amigo romance Capítulo 41

Resumo de Capítulo 41: Tener hijo con mi mejor amigo

Resumo de Capítulo 41 – Capítulo essencial de Tener hijo con mi mejor amigo por Internet

O capítulo Capítulo 41 é um dos momentos mais intensos da obra Tener hijo con mi mejor amigo, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Triángulo amoroso, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.

Punto de vista de Kelly

"¡No me toques!". Pateé a uno de los malvados hombres frente a mí, el cual intentó tocarme los pies. Todos se rieron de manera diabólica; yo me los quedé mirando con desprecio, porque sabía que no era un rival para ellos.

"No te resistas, el jefe nos dio vía libre para hacer lo que queramos contigo. ¿No te entusiasma? ¡Vamos a jugar!".

"¡Cállate, basura!", me rebelé, y le escupí la cara.

Pensé que se enojaría, pero no lo hizo; por el contrario, se echó a reír como un loco.

Después de mi actitud, me agarró del brazo con tanta violencia que se me cayó el bolso y, de este, asomó el informe de embarazo. Uno de los hombres recogió del suelo sucio los papeles.

"¡Oh! ¡Está embarazada!".

"Ah, ¿en serio? Nunca le hicimos nada a una embarazada, ¿verdad? Esto me está excitando cada vez más".

Para ese entonces, temblaba de miedo y sentía asco. Rezaba en silencio para que alguien apareciera, no podía pelear y, aunque pudiera hacerlo por mis propios medios, no era una opción, ya que podía dañar a mi bebé.

"¡Oh, Dios! ¡Por favor, envía a alguien!", rogué para mis adentros.

"Que empiece el juego".

Sacudí la cabeza y los miré suplicante mientras se mofaban de mi miseria. Uno de ellos, incluso, sacó un cuchillo afilado y se arrodilló a mi lado.

Me sobresalté espantada y se me caían las lágrimas cuando me puso el cuchillo en el cuello susurrándome: "Desnúdate...".

Apretando los labios, negué con la cabeza. Por mucho que me amenazaran con cortarme el cuello, nunca accedería.

"Es terca, Max, me gusta. Podemos atarla y colgarla boca abajo. Primero voy a meter mi pene en su hermosa boca".

Cerré los ojos con fuerza. Las repugnantes palabras que salían de su boca me daban ganas de vomitar. Nunca pensé que me pondrían en este tipo de situación. Recuerdo la primera vez que me secuestraron, esa pesadilla infernal, esa noche aterradora y ese hombre despiadado. La noche que casi muero, la noche que lloré impotente, la noche que perdí… mi pureza.

En esa ocasión, temblaba de miedo ante la pesadilla de una inminente violación, y terminé perdiendo mi virginidad cuando intentaba escapar con todas mis fuerzas. Fue una forma despiadada de perder aquello tan importante, pero sucedió.

"¡No!", grité al sentir la punta del cuchillo en el estómago; el hombre que lo sostenía se rio.

"Entonces, ¿te quitarás la camisa o te tengo que abrir el estómago?".

No tenía otra opción, tenía que renunciar a mi dignidad para salvar a mi bebé, a la vida inocente dentro de mí.

Me temblaban mucho las manos, el corazón me latía de manera desenfrenada, y decidí subirme la camisa. Las risas malvadas me resonaban en la cabeza.

Pierce... Klay... Necesitaba que alguien me sacara de allí, rogaba que alguien apareciera. Papá…

Sollocé cuando conseguí quitarme la camiseta, y, un instante después, me paralicé y me largué a llorar aún con más ganas cuando sentí que alguien me lamía el cuello.

"Ahora, los vaqueros, hermosa".

Sentí que la sangre me salpicaba el rostro y el cuerpo sin vida del hombre se desplomó sobre mí, lo que me aterrorizó tanto que me hizo perder el conocimiento al instante.

*** Punto de vista de Klay

Ni bien vi a Kelly rodeada de esos tipos repugnantes, sentí vergüenza. Estaba desnuda y clamaba ayuda con dolor y a los gritos. El hombre muerto encima de ella empapaba con su asquerosa sangre la cara de mi hermosa muchacha: eso me enfureció.

"¡Ah!", gruñí, y comencé a dispararle a cada persona que estaba allí para hacerle algo imperdonable.

El inmundo suelo del lugar estaba bañado de sangre; corrí hacia Kelly, pateé el cuerpo sin vida que tenía encima y me quité la chaqueta.

Respiraba de forma agitada dominado por la rabia que sentía, estaba echo un demonio. No le temía a nada excepto... de ver a Kelly en esa situación, hasta me daba miedo tocarla porque parecía que se rompería si lo hacía, pero no tenía elección.

"Señor…".

Apreté las mandíbulas. "Llama a un médico y prepara el auto".

Tomé coraje y limpié suavemente la cara ensangrentada de Kelly con mi camisa. Apreté la mandíbula mientras miraba su hermoso rostro, todavía se la veía muerta de miedo y tenía los ojos hinchados. ¡M*erda! Juré que la vengaría.

Me sentí aliviado cuando llegamos a casa y el médico la revisó, porque constató que Kelly estaba bien y que el bebé se encontraba a salvo. Ella solo estaba conmocionada, pero, también advirtió, que podría causarle daño si volvía a suceder algo así.

Miraba a Kelly dormir cuando mi asistente apareció para afirmar: "Señor, los cadáveres han sido limpiados. Sin embargo, me temo que puede ser el comienzo de una batalla más sangrienta. Lo que hicimos bastó para provocar una guerra".

Apreté los puños. "Estoy más que dispuesto a unirme a esa sangrienta batalla. Para empezar, no deberían haberme provocado, porque nadie me desafía y se sale con la suya así como así".

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