Resumo do capítulo Capítulo 43 do livro Tener hijo con mi mejor amigo de Internet
Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 43, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance Tener hijo con mi mejor amigo. Com a escrita envolvente de Internet, esta obra-prima do gênero Triángulo amoroso continua a emocionar e surpreender a cada página.
Punto de vista de Kelly
Klay me había estado evitando. Había pasado una semana desde el secuestro y de su intervención para salvarme, después de eso no volvimos a hablar, ni siquiera me miraba. Supongo que la razón era que le había mostrado lo asustada que estaba. Él no podía reprochármelo, pero yo tampoco podía evitar sentirme culpable de mi mala actitud hacia él, de hacer que se sintiera así después de haberme rescatado.
Con la intención de hacer las paces con él, una tarde bajé para prepararle una comida. La empleada se sorprendió al verme en la cocina, después de todo, hacía unos cuantos días que me llevaba la comida a mi habitación. No obstante, ya me había recuperado de la pesadilla vivida, así que no tenía por qué encerrarme en mi dormitorio.
"Yo cocinaré hoy, Ana".
"Pero, señorita…".
"Quiero cocinarle a Klay", anuncié con amabilidad.
No dudó en inclinar la cabeza y dio un paso atrás, dándome acceso a la encimera de la cocina. Le sonreí y le pedí que cortara algunos ingredientes mientras yo preparaba la carne y otros alimentos necesarios para la receta.
"Señorita Kelly...".
"¿Mmm?".
"¿Sabía que la señorita Emily se ha estado quedando en la habitación de invitados?".
Hice una pausa tras escuchar a Ana. Lentamente, levanté la cabeza y la miré. "¿Emily?".
"Esa mujer, señorita Kelly, creo que es la novia de señor Klay, y no me gusta".
Emily... La mujer sentada en el sofá el día que me dieron el alta del hospital.
"¿Por qué lo dices?", curioseé.
"Ella es mandona, señorita Kelly. Además, es muy posesiva, y el señor Klay no soporta que sea así con él".
¿Estábamos en la casa de mi padre y él se atrevió a llevar su p*ta allí y hacer que se quedara? Ni siquiera fue capaz de informarme, ¿qué clase de hermanastro haría algo así?
Después de cocinar, preparé la mesa del comedor con la ayuda de Ana. Eran las siete en punto de la tarde cuando Klay entró a la cocina y se frenó en seco al verme de pie junto a la mesa.
Si bien estaba enfadada porque había dejado que Emily se quedara en la casa, lo recibí con una dulce sonrisa.
"Te preparé la cena", anuncié mirándolo a los ojos.
Cruzó una mirada con Ana, quien de inmediato lo evadió, y luego me volvió a mirar. Caminó despacio hacia mí y, por loco que pareciera, sentí que se me aceleraba el corazón. Respiré hondo, contuve el aire y, cuando pensé que iba a tocarme o algo por el estilo, no lo hizo. En lugar de eso, pasó a mi lado sin decir una palabra.
Me quedé helada ante su actitud, me molestó muchísimo, así que me di la vuelta y lo seguí con la mirada. Abrió el refrigerador y, justo cuando estaba a punto de gruñirle por ignorarme, se me acercó y puso la jarra de agua fría en la mesa del comedor.
Me miró a los ojos mientras apretaba la mandíbula. "Sé que soy un hombre malvado y que soy un caso perdido, pero no necesito tu compasión, Kelly".
Me quedé boquiabierta ante su reacción. "¿De qué hablas? Acabo de preparar la cena para nosotros, nada más".
No me quitó los ojos oscuros y fríos de encima, por el contrario, me sorprendió que me sostuviera la mirada.
"He vivido solo desde que murió mi madre, sé cocinar y alimentarme, Kelly. Además, mientras tú estabas ocupada saliendo con tu príncipe azul, yo luchaba por sobrevivir en la clandestinidad. No hay duda de que pertenecemos a dos mundos diferentes".
Me reí con sarcasmo reprimiendo la ira que sentía. "Mira… no lo hice por lástima, lo hice porque quiero disculparme y agradecerte por salvarme…".
"¿Por qué no me escuchas, Kelly? No puedo dejarte vivir sola porque afuera es peligroso para ti. Estoy arriesgando mi vida para salvarte, ¿y quieres ponerte en peligro?".
"¡No te pedí que me protegieras!".
"¡Pero quiero hacerlo porque eres importante para mí!".
Apreté los puños mirándolo a los ojos. "No puedes detenerme, Klay. Sabes que no me gusta que me controlen".
"Te dije que afuera de esta casa es peligroso", gritó.
"Estar cerca de ti ya representa un peligro, ¿cuál es la diferencia?", retruqué subiendo también el tono de voz. No sé por qué elegí esas palabras, pero no tenía ni la más mínima intención de retractarme.
Me miró inexpresivo, parecía herido y decepcionado, pero no me importaba, quería mudarme y él no era quien para detenerme.
"Tú mismo lo dijiste, pertenecemos a mundos diferentes. Mi mundo no está aquí, Klay, mi mundo no tiene nada que ver con el tuyo. Podría sobrevivir aquí pero no sería feliz". Hice una pausa y sacudí la cabeza. "No puedes hacer lo que quieras con mi vida".
Pensé que por fin había entendido mi posición, pero estaba equivocada. Él hizo un ademán y me miró con expresión sombría. Parecía enojado.
"Será mejor que obedezcas o te arrepentirás. Ya tengo suficiente, Kelly. No provoques más problemas".
La ira me invadió, no podía creer que tuviera agallas para decirme eso después de haberle dado mis razones para irme, sin dudas, era el insensible de siempre.
Me dio la espalda y se dispuso a marcharse, pero agarré el jarrón más cercano y lo lancé contra la puerta. Casi le pegué, pero ni se inmutó. Permaneció junto a la puerta y observó con calma los restos del florero esparcidos por el piso.
"Entiendo que quieras protegerme, pero si eso significa enjaularme en esta vida miserable... entonces, prefiero morir".
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