Resumo de Capítulo 51 – Tener hijo con mi mejor amigo por Internet
Em Capítulo 51, um capítulo marcante do aclamado romance de Triángulo amoroso Tener hijo con mi mejor amigo, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de Tener hijo con mi mejor amigo.
Punto de vista de Kelly
"¡Pierce!" Grité cuando él le dio un puñetazo en la cara a Klay. Su mirada era intensa y desenfrenada mientras intentaba atacarlo de nuevo, pero me interpuse entre los dos abriendo los brazos para proteger a Klay.
Pierce me miró con dolor mientras sacudía su cabeza: "Lo siento, Kelly. Fui forzado a decir todo eso…".
"¿Por qué estás aquí?". Pregunté sin poner atención a lo que me decía.
Se le hizo un nudo en la garganta. "Kelly, te quiero de vuelta".
"¿Eres estúpido?". Klay lo golpeó esa vez y no pude detenerlos más cuando ambos empezaron a pelear.
Klay sabía boxeo y me preocupaba que pudiera enviarlo al hospital, pero quede sorprendida al ver que Pierce podía defenderse bien. ¿Desde cuándo había aprendido a pelear así?
"¿La quieres de vuelta, estúpido? ¡Perdiste tu oportunidad!".
"¡Ella es mía, Carver! ¡Es mi esposa! ¡Ella debe estar conmigo y no con un demonio como tú!".
"¡DETENGANSE! ¡DEJEN DE PELEAR!" Grité, pero no me escucharon.
Tragué fuerte y miré a mi alrededor. Entonces vi a Klay a punto de acabar con Pierce con un golpe cuando tomé su arma y les apunté a ambos.
"¡Deténganse o les disparo a los dos!".
Ellos se detuvieron. Pensé que no lo harían, pero lo hicieron. Klay me miró con sus ojos intensos mientras Pierce me miraba con horror.
"K... Kels, puedes lastimarte con eso".
Me reí sarcásticamente: "¿Eso importa?".
Sacudió la cabeza y dijo "Hablemos por favor...".
"¿De qué más tenemos que hablar, Pierce? Estoy cansada de darte explicaciones. ¿Por qué no puedes simplemente aceptar mi decisión?".
Sus ojos reflejaban su dolor y sentía que estaba a punto de rendirme.
"¿No puedes simplemente darme una oportunidad para explicarte? Por favor, Kelly. No quiero renunciar a ti…".
"Tienes que hacerlo, Pierce. Ahora vete si no quieres que te dispare", le advertí, tratando de ser fuerte por fuera cuando en el fondo sentía que me estaba muriendo.
Sus ojos se abrieron un poco, pero luego sacudió la cabeza, "Tú no lo harías...".
No lo dejé terminar. Le disparé al bote junto a él y él me miró asombrado; hasta Klay se sorprendió con lo que acababa de hacer.
Me esforzaba por mantenerme firme. "Vete, Pierce. No me importa si alguien te obligó a decir eso al público. Ni siquiera me importa si te casas con Lexi mañana. Haz lo que quieras, pero no te metas en mis vida. ¡Déjame en paz por favor! He tratado de terminar bien contigo, pero no me dejas. ¡Te quiero fuera de mi vida, Pierce! Si no puedes entender eso, entonces no hay nada más que decir".
"K...Kelly…".
Bajé el arma y lo miré bastante cansada. "Acordamos separarnos e ir cada quien por su lado. Cumple tu palabra, Pierce".
Tragó saliva con dificultad, se dio la vuelta y comenzó a alejarse cargando su dolor y tristeza en la mirada. Tan pronto como se fue sentí como mis lágrimas bajaban por mis mejillas. Klay se apresuró a quitarme el arma que tenía en la mano y la guardó antes de poder abrazarme.
"¡A-Ahh! Klay…". Gemí de nuevo cuando su mano llegó a mis piernas.
Gemí tanto cuando de la nada me empujó suavemente para acostarme en ese largo sofá. Antes de que viera lo que estaba a punto de hacer abrió mis piernas y me subió el vestido hasta la cintura. Mis ojos se abrieron y ardía de deseo cuando me puso sobre sus hombros. Él sabía muy bien lo que hacía. Inmediatamente se metió entre mis piernas besándome tan delicadamente encima de mi ropa interior.
Mi espalda se estremecía de placer al momento de que él encendía la llama de la lujuria en mí tras los primeros besos que me entregaba ahí. Cuando finalmente me quitó lo que me restaba de ropa y besó mi zona desnuda, perdí completamente la cabeza.
"¡Ay! ¡Klay! ¡Dios!". Grité de tanto placer en el momento en que metió su lengua dentro de mí. No pasó mucho tiempo para que liberara todo el éxtasis que tenía acumulado en mi interior mientras él seguía probándome toda, me hacía suspirar y querer más.
Se puso de pie y comenzó a desabrocharse el cinturón mientras me miraba directamente a los ojos. Parecía que estaba pensando en mi reacción, pero ya estaba demasiada ahogada en el placer. Quería más y más de él.
Mis piernas todavía temblaban por lo que acababa de hacerme, pero lo agarré y lo empujé para que se sentara en el sofá. Me senté sobre él de nuevo y lo ayudé con su cinturón. Parecía estarlo disfrutando bastante, pero ya no me importaba. Lo deseaba y ya no podía parar. La lujuria me estaba consumiendo viva mientras mi cuerpo ardía de deseo. Quería estar encima de él hasta alcanzar ese punto sobre sus piernas y el solo pensarlo me excitaba aún más.
"¡Argh! ¡Mierda! ¡Kelly!". Sus gemidos eran tan exquisitos y sensuales en el momento en que mis manos alcanzaron su miembro.
Me sonrojaba bastante que estuviera tan grande y duro. Sentía que se vendría en mi mano en cualquier momento. El placer en su rostro y la lujuria de sus ojos me hacían querer acariciarlo más.
"¡Maldita sea, Kelly! No vayas a arrepentirte de esto mañana", maldijo y me cargó.
Quería dominarlo, pero él parecía querer lo mismo. Me llevó a la cama y me recostó. Rompió mi vestido en dos y sin avisar, introdujo suavemente su miembro tan duro dentro de mí.
Contuve el aliento y me agarré de sus brazos impaciente mientras ponía mis piernas sobre sus hombros y luego comenzó a moverse tan lento.
Mi espalda se doblegaba ante él mientras sentía una incomodidad entre mis piernas, pero lo ignoré. Apreté duro las sábanas al empezar a gritar de nuevo cuando comenzó a meterlo y sacarlo de mí agitadamente.
Eso había sido alucinante. Ni siquiera recordaba el momento en que nos detuvimos. Todo lo que sabía es que había disfrutado cada segundo que había pasado con él y no estaba arrepentida de eso. Había sido un momento de debilidad, yo estaba muy sensible y destrozada, pero sabía en el fondo que habían sido todos mis sentimientos ocultos por él los que me habían llevado a hacerlo y no me arrepentía de nada.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Tener hijo con mi mejor amigo