Das histórias de Internet que li, talvez a mais impressionante seja Tener hijo con mi mejor amigo. A história é boa demais, me deixando com muitas expectativas. Atualmente, o mangá foi traduzido para Capítulo 56. Vamos agora ler a história Tener hijo con mi mejor amigo do autor Internet aqui.
Punto de vista de Kelly
Negué con la cabeza mientras me alejaba de mi oficina. ¿De verdad accedí a que fuera mi pretendiente? ¿En serio acababa de darle permiso para cortejarme?
Con eso en mente, hice una pausa y me palmeé las mejillas. ¡Ay dios mío! ¿Qué debía hacer? No podía sólo retractarme, no me dejaría hacerlo.
En ese momento, me mordí el labio inferior, presioné mis mejillas y gemí. ¿Y si él también me lastimaba en un futuro? ¿Qué pasaría si la decisión que tomé era la equivocada? Sólo pensar en ello me preocupaba mucho. No sabía por qué de repente me confesó que estaba enamorado de mí. Tampoco tenía idea de cuándo comencé a gustarle, pero no podía negar que me estaba afectando mucho y aquello no era algo bueno, en especial si él no era sincero. Sin embargo, sus ojos me mostraban su sinceridad.
¡Dios! Ya no sabía qué hacer.
—Huelo algo… —dijo Yara mientras sonreía con sospecha, luego de encontrarlos a mitad de camino.
Sentí que mis mejillas se calentaban mientras negaba con la cabeza: —No pasó nada, Yara —afirmé.
—¡Oh! —exclamó—. No dije nada, jefa.
Le fruncí el ceño. —¿Quieres que te despida? —cuestioné.
Sin embargo, ella movió su dedo índice de lado a lado mientras seguía sonriendo. —¡Ah, ah! No harías eso. Dime, él ya es tu novio, ¿verdad?
—¡Yara!
Al instante, ella se rió. —Perdón por ser entrometida, ¿pero ya planearon tener una noche larga y apasionante...? ¡Ay!
Yo sentía ganas de llorar de vergüenza, pero Yara solo se reía.
De nuevo, me mordí el labio inferior cuando Yara se acercó a mí y susurró: —Él es tan sexy, jefa. ¿Ya lo hicieron…? Ya sabes.
Mis mejillas ardieron aún más cuando preguntó eso. —¡Yara, basta! —exclamé.
—¡Ehh! Por lo que parece, ya tuvieron esa noche larga y apasionante.
Intenté golpearla de nuevo, pero antes de que mi palma cayera sobre su brazo, ella rápidamente se alejó de mí y saludó al cliente que entró.
Ante eso, me palmeé la frente y cerré los ojos con fuerza. ¡Dios mío! Ella estaba corrompiendo mi mente y, después de todo lo que dijo, no sabía si podría ver a Klay apropiadamente más tarde.
Unos segundos después, una clienta vino a recoger sus pedidos y fui yo quien la atendió. Ni bien se fue, Yara volvió a mi lado. Creí que iba a hablar de trabajo, pero tenía más comentarios vulgares que decir que podrían corromper mi mente.
—Jefa, ¿ya te arrodillaste ante él?
De inmediato, fruncí el ceño confundida. —¿Qué quieres decir?
Al instante, Yara sonrió con maldad y dijo: —¡Eres tan inocente!
Luego, se acercó más y susurró: —Si se la has mamado...
Cuando oí eso, mis ojos se abrieron como platos. —¡Yara! De verdad te voy a despedir… —exclamé.
—Buenas tardes, señor. ¿Busca alguna flor en particular? Tenemos de todas las variedades —se escapó rápidamente de nuevo y saludó al nuevo cliente como una empleada trabajadora.
Una vez más, me palmeé la frente y me mordí el labio mientras miraba a Yara.
Poco después, Klay me abrió la puerta del auto y me sentí muy incómoda. Me deslicé silenciosamente en el asiento del pasajero mientras Klay cerraba la puerta a mi lado y se dirigía al asiento del conductor.
La incomodidad que sentía empeoró cuando vi a Yara parada afuera de la tienda, saludándonos con la mano, con una sonrisa plasmada en sus labios.
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